Observar desde un patio de recreo un edificio escolar apuntalado no debería ser una situación normal en un colegio y mucho menos en periodo lectivo. Según las asociaciones de padres, en España muchos colegios sólo arreglan varios desperfectos concretos, normalmente basados en un mantenimiento básico de las instalaciones, que padres y madres e inclusos directores y profesores califican como verdaderas chapuzas de cara a la galería y un simple lavado de semblante. Los colectivos de progenitores ante sus numerosas quejas, reciben informes de las distintas administraciones que dan cuenta del estado del centro, pero en los que no se contempla la urgencia de una remodelación profunda, por lo que acusan a las instituciones de "pasarse la pelota" sin que ninguna tome cartas en el asunto, y exigen depurar responsabilidades.