En todo deporte, la base es un pilar fundamental, al mismo tiempo que es importante para unas generaciones de jóvenes que deben practicar deporte de cara a la adquisición de unos hábitos de vida saludables. Y el fútbol no es ajeno a esta realidad.

Cada año, la base cordobesa demuestra que goza de buena salud al mantener una flota importante de equipos. Los clubs son, junto con los propios jugadores y familiares de estos, los responsables de que el balompié cordobés tenga una salud envidiable y que las generaciones venideras cada vez sean de mayor calidad. Por ello, los seleccionadores provinciales cada año lo tienen más complicado de cara a perfilar una convocatoria para los campeonatos de selecciones provinciales. «He visto más de 100 partidos y a muchísimos jugadores de gran nivel, pero solo puedo subir en el autobús a 18», apunta el seleccionador del combinado cordobés infantil, Rafael Herrerías.

Los combinados cordobeses en sus categorías infantil y cadete disputan desde este jueves y hasta el próximo domingo los campeonatos de selecciones provinciales. Este año se disputan en las localidades onubenses de Bonares, Gibraleón, Niebla, San Bartolomé de la Torre y Bollullos Par del Condado. Es un campeonato diferente al resto, ya que la fase inicial consta de dos grupos de cuatro equipos cada uno y solo el campeón de cada grupo se clasifica para la final del torneo. Un torneo en el que los equipos se la juegan desde el primer partido. «Debido al desarrollo de la propia competición, los jugadores tienen que ganar cada partido y por ello, deben competir bien y ser equilibrados en todas las facetas del juego», apunta el preparador de la selección cordobesa cadete, Salvador Hernán.

En esta edición del torneo, Córdoba ha quedado encuadrada en el grupo B con las selecciones de Cádiz, Málaga y la anfitriona del torneo, Huelva. Mientras que el grupo A está compuesto por Jaén, Granada, Almería y Sevilla. Estos grupos son similares en ambas categorías.

En cuanto a la categoría infantil, este equipo va a estar muy representado, ya que cuenta con jugadores de hasta 10 equipos diferentes, tanto de la capital como Córdoba, Séneca o Juanín y Diego, como de la provincia como Salerm Puente Genil, Pozoblanco, Atlético Villanueva o La Carlota, entre otros. «En mi primer año como seleccionador he vivido una experiencia totalmente diferente», recalca un Salvador Hernán que insiste en su satisfacción «por el trabajo que han desempeñado los chicos en estas semanas de concentración». Por ello, «nuestra intención es ser protagonistas con el balón, pero luego hay unos rivales difíciles que también juegan», subraya el técnico de la cordobesa cadete.

En cambio, Rafael Herrerías afronta su tercera experiencia como seleccionador infantil con un equipo que representa a seis clubs y será «fuerte y bien armado atrás», y «con el balón estará más abierto».

Más allá del juego y de que este torneo puede ser un tren importante en su trayectoria como futbolistas, ambos preparadores recalcan la convivencia que ofrece un torneo de estas características con decenas de futbolistas precoces que apuntan a la élite.