El El Pozoalbense femenino ganó su tercera liga consecutiva. A diferencia de la temporada anterior, el conjunto de Pozoblanco se proclamó campeón lejos de casa, concretamente en Montilla ante el Paquillo Moreno. «Conseguimos llenar un autobús entre familiares, aficionados que vienen normalmente y las jugadoras del equipo B; se llevaron el bombo que tenemos y otro se llevó una trompeta y generaron mucho ambiente», señaló Soraya Wals, jugadora y miembro del cuerpo directivo del Pozoalbense.

La presión que genera tener un título tan cerca comenzó pasándole factura a las jugadoras del Pozoalbense, ya que en el minuto 2, el Paquillo Moreno se adelantó. A pesar de ello, las visitantes reaccionaron y Elena empató tres minutos después. A partir de ahí comenzó la ofensiva del Pozoalbense, ya que ganaban por 1-6 al descanso. «El Paquillo Moreno es un equipo que siempre nos lo pone complicado, sobre todo en su campo, por eso teníamos eso preparado antes de comenzar el partido”, insistió Soraya.

En la reanudación anotaron dos goles más y ya solo quedaba que el árbitro decretase el final. Cuando el colegiado pitó, la alegría del Pozoalbense se desbordó. «Veías gente que quería abrazarte y aplaudiendo y eso daba mucha alegría; y ya en el vestuario la fiesta fue total», insiste Wals, quien recuerda que en los 12 años de historia del club, «al principio recordaba que cada partido nos veníamos con goleadas, pero a base de trabajo y sacrificio le hemos dado la vuelta a la tortilla».

Ahora, el Pozoalbense está a la espera de jugar una nueva fase de ascenso, que a diferencia de años anteriores se va a establecer en un campo neutral. «Económicamente viene mucho mejor, pues el año pasado nos eliminaron en la primera eliminatoria y nos costó 2.000 euros ir a Algeciras», apuntó Soraya. También tienen en su mente ganar la Copa, pues han perdido las cuatro finales que han disputado.