Siete veces, siete, Librado Carrasco ha acompañado a las tropas españolas, como civil y militar, en una misión dando apoyo a los ganaderos locales. En esta ocasión, a 27 poblaciones libanesas.

-Cuando usted llega a Líbano será ya como hacerlo a casa...

-Al igual que en las anteriores siete ocasiones mi trabajo en la zona de operaciones está relacionado con las actividades CIMIC (colaboración cívico militar), en mi caso apoyando directamente a los ganaderos, de unos 27 pueblos localizados en las zonas de despliegue del batallón español, indonesio y nepalí. Un trabajo que es muy bien recibido ya que la economía de esta región es eminentemente agrícola y ganadera, y cuando visitamos sus explotaciones no solo tratamos a los animales que están enfermos, en ocasiones con unos resultados que ellos no se esperaban, como recientemente con una vaca que el propietario ya daba por muerta después del parto, pues llevaba varios días sin levantarse, y que antes de irnos de su explotación ya estaba andando y bebiendo, o como con un rebaño donde la mayoría de los corderos, por un déficit vitamínico cojeaban, y que pocos minutos después de inyectarles un complejo vitamínico incluso saltaban. Unos tratamientos que han sido posibles gracias a la colaboración de muchas instituciones y empresas españolas. Sino también, y creo que más importante, por los consejos que sobre la prevención de enfermedades y mejora de las instalaciones damos a cada uno de los ganaderos, siempre enfocado a los problemas de su explotación en concreto, una actividad que es muy bien recibida por los dos veterinarios libaneses que hay en la zona, hasta el punto que ellos cuando pueden nos acompañan, y este año, incluso acompañados por algunos estudiantes una escuela agrícola de la zona con la que uno de los veterinarios colabora como profesor. En ese sentido son ya muchas las veces que los ganaderos cuando me ven están más interesados en contarme como han mejorado desde mi última visita, y me piden un nuevo consejo sobre que hacer ahora.

-Ya son varias las veces que ha ido con las tropas cordobesas, ¿en qué ha cambiado su colaboración con la Brigada y en particular con la población libanesa?

-Mi colaboración comenzó como profesor de la Universidad de Córdoba, diseñando este proyecto de colaboración cívico militar y desplazándome junto con un pequeño grupo de compañeros a desarrollar la actividad. Sin embargo, durante las tres últimas ocasiones (2015, 2016 y 2017), y como reservista voluntario, he tenido la oportunidad de desplegarme como un miembro más de la Brigada, lo que me ha permitido atender a un mayor número de pueblos y ganaderos, al estar dos meses en ZO, y preparar y acompañar a los profesores, en este caso de la Universidad de Murcia, que se ha desplazado a la ZO. Unos compañeros que se sorprendían de ver como mi trabajo lo tenía que realizar armado y como era yo el que les recordaba antes de salir de la base de que no se olvidaran de su equipo de protección. Además, el estar durante un periodo prolongado de tiempo me ha permitido trabajar con el contingente indonesio, que no contaba con un equipo de veterinaria, y con el contingente nepalí, cuyo Comandante Veterinario nos acompañó en las actividades que desarrollamos en los pueblos de su zona, trabajando codo con codo con nosotros, ya que estaba muy interesado en como enfocábamos la actividad con la población civil.

-¿Cuál es la situación actual y cómo ha evolucionado la situación en Líbano desde la primera vez que fue?

-En los últimos años es patente la mejora de las infraestructuras y de las explotaciones agrícolas y ganaderas. Una mejora en la que me atrevería a decir que nuestro país y nuestros militares han tenido un papel decisivo. Debido a que he tenido la oportunidad de volver varios años seguidos he comprobado cómo han mejorado las condiciones de muchas familias, lo que me ha dado algunas alegrías, como al reencontrarme con un ganadero y sus hijas pequeñas, y comprobar cómo la escolarización de esas niñas hizo posible que una de ellas y gracias a que estaba estudiando inglés, quiso ser mi interprete y mi ayudante en su pueblo (un pequeña población donde los rebaños de cabras y ovejas es su principal economía), ya que su ilusión era ser veterinaria como yo.

-¿Qué aplicaciones y significado tiene su trabajo en Líbano de cara a la docencia y su posterior trabajo en la Universidad?

-Aunque directamente lo que hago en el Líbano no tiene nada que ver como mi trabajo como profesor o investigador en la Universidad de Córdoba, quiero creer que mi actitud de servicio hacia aquellas personas que lo necesitan, como son los ganaderos del sur del Líbano, y mi compromiso desinteresado con los intereses de mi país, sirven un poco de referencia para mis estudiantes y compañeros.

-¿Qué es lo que más le ha sorprendido del trato con los libaneses?

-Yo siempre destaco de ellos su hospitalidad, el compartir con nosotros lo poco que tiene, como puede ser un simple té o un café cuando visitamos su granja, que si coincide que estamos en su granja cerca de la hora de la comida, su insistencia en que comamos con ellos. Una hospitalidad que es la forma de trasmitirnos su agradecimiento por nuestro trabajo. Siempre le digo a mi mujer que lo mejor que me llevo de aquí es la sonrisa de los niños que voy conociendo, como las del otro día cuando un ganadero quiso que me hiciera una foto con sus dos hijos pequeños para que recordaran quién estaba tratando y haciendo que mejorara, desde hacía años, el rebaño de ovejas del que todos dependían, o las palabras de algunos de los ganaderos, como me paso el otro día, cuando una señora ya mayor, y tras haber atendido a sus 4 vacas, le insistió al intérprete que me tradujera sus palabras “siempre me da alegría que pase un coche blanco por mí puerta. Que Alá siempre te proteja”.

-¿Qué destacaría, al margen del discurso habitual sobre las misiones de paz que ofrecemos los medios, acerca de esta misión en el Líbano?

-El cariño que la mayoría de los libaneses tienen por nuestros militares y el agradecimiento de muchos de ellos por nuestra presencia y nuestro trabajo por su país.

-¿Ha estado tentado alguna vez de prolongar su trabajo con las FFAA como reservista?

-Me hace gracia que me hagas esta pregunta justo la semana que he me ha llegado por correo la propuesta de ampliación de mi compromiso como reservista por otro periodo de tres años. Una de las primeras cosas que haré al regresar será firmar mi renovación.

-¿De dónde le viene la vocación militar?

-De la admiración y el cariño que siempre he sentido por aquellos que están dispuestos a servir y sacrificarse por su país sin pedir nada a cambio.

-¿Ha participado o tiene previsto algún otro tipo de trabajo ligado a la Brigada cordobesa en el futuro?

-Desde mi puesto en la universidad y desde hace varios años estamos trabajando en diferentes temas que son de interés tanto para la Universidad como para la Subdelegación de Defensa, la Brigada X Guzman el Bueno y el Parque Central de Mantenimiento de Vehículos de Rueda nº2, y que se han materializado en diferentes colaboraciones, realización de seminarios y la oportunidad de la realización de prácticas de estudiantes así como de trabajos fin de grado o de máster.