El alcalde de un pueblo pesquero de San Pedro Huamelula, en el sur de México, ha contraído matrimonio con un cocodrilo para llamar a la buena suerte y "pedir a dios" un año de buenas cosechas.

Aunque este ritual nupcial puede parecer atípico, se trata de una tradición que se celebra desde hace siglos en la localidad del estado de Oaxaca. En esta, el cocodrilo simboliza la figura de "la princesa" con la que el alcalde se casa para traer la suerte al pueblo y tener una buena temporada de pesca y cosecha.

Al animal no le ha faltado ni el traje de novia, e incluso ha tenido una despedida de soltera en la que ha bailado con los hombres del pueblo. Finalmente, y tras el beso nupcial, el alcalde ha bailado con su cónyuge.