Turquía inauguró este viernes su tercer puente sobre el estrecho del Bósforo en Estambul, de 1,4 kilómetros de largo y 59 metros de ancho, con una ceremonia en la que participaron varios mandatarios del país euroasiático y otras naciones.

Bautizado con el nombre de Yavuz Sultan Selim (Sultán Selim el Valiente) en honor a este sultán del Imperio Otomano famoso por sus conquistas en Oriente, se trata del puente de suspensión más ancho del mundo y el más largo entre los que tienen vías férreas.

Su construcción, que empezó en el 2013 y estuvo acompañada por protestas de ecologistas que temen una destrucción de áreas verdes en el norte de Estambul, costó 3.000 millones de dólares.

El Gobierno turco calcula en 1.750 millones de dólares anuales el ahorro de tiempo y energía que supondrá sobre todo para el transporte de mercancía en camiones y trenes.

DOS VÍAS FÉRREAS Y OCHO CARRILES

Con dos vías férreas y ocho carriles de tráfico, todos los camiones y vehículos pesados serán dirigidos al nuevo puente a partir de hoy, una medida con la que se espera descongestionar el difícil tráfico de la ciudad, de más de 15 millones de habitantes.

Junto al puente se construyó además una autovía de 116 kilómetros como parte de un proyecto en marcha para una autopista que circundará los barrios nórdicos de Estambul.

En el acto inaugural, televisado en directo por varias emisoras turcas, participaron el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan; el rey de Bahrein, Hamad bin Isa Al Jalifa; el presidente de Macedonia, Gjorge Ivanov; el presidente del consejo presidencial de Bosnia-Herzegovina, Bakir Izzetbegovic, y el primer ministro de Bulgaria, Boyko Borisov, entre otros.

Tanto Erdogan como el primer ministro turco, Binali Yildirim, y el presidente del Parlamento de Ankara, Ismail Kahraman, elogiaron en su discurso como "heroico" al pueblo turco por haber hecho fracasar el intento de golpe militar del pasado 15 de julio.