Donald Trump ha aceptado una invitación del líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, para reunirse cara a cara y negociar la desnuclearización del país, según ha confirmado la Casa Blanca. La oferta de Pionyang va también acompañada de un compromiso para detener las pruebas nucleares y los ensayos con misiles balísticos mientras dure el proceso de diálogo. La sorprendente noticia abre una inmejorable oportunidad para la distensión entre las dos potencias atómicas tras muchos meses de amenazas dialécticas, maniobras militares y otras agresivas demostraciones de fuerza que han hecho temer con una confrontación potencialmente catastrófica. Si el encuentro acaba produciéndose, será la primera vez los presidentes en activo de ambos países se sientan en una misma mesa desde la partición de la península norcoreana a principios de la guerra fría.

El encargado de transmitir la extraordinaria nueva fue el asesor de seguridad nacional surcoreano, Chung Eui-yong, que a principios de esta semana encabezó una visita diplomática a Pionyang. Tras reunirse con Kim Jong-Un en la capital del estado estalinista, Chung viajó a Washington el jueves para transmitir la oferta norcoreana. A Kim "le gustaría reunirse lo antes posible", dijo ante los micrófonos. "El presidente Trump respondió que se reunirá con Kim Jong-un en mayo para lograr la completa desnuclearización".

La noticia fue más tarde confirmada por la Casa Blanca y por el propio líder estadounidense. En un mensaje en las redes sociales, Trump aseguró que la oferta no solo contempla la congelación del programa nuclear norcoreano, sino también la desnuclearización de la península. "Tampoco habrá ensayos con misiles durante este período. Se están haciendo grandes progresos, pero las sanciones se mantendrán hasta que se alcance un acuerdo. La reunión se está preparando", escribió en Twitter. Aunque todavía no se le ha puesto fecha, el Gobierno de Seúl aseguró que el encuentro podría producirse a finales de mayo.

No es la primera vez que ambos países se sientan a negociar, un diálogo que no impidió que Pionyang acabara haciéndose con la bomba nuclear. En los últimos meses, el régimen de Kim ha puesto a prueba los nervios de sus rivales geopolíticos con el ensayo de una bomba termonuclear y el lanzamiento de un misil interbalístico capaz de alcanzar el territorio estadounidense. Trump ha llegado a amenazar con "destruir completamente" el reino ermitaño, sugiriendo que estaría dispuesto a utilizar armas nucleares si Kim Jong-un pone en peligro la seguridad de su país.

El órdago diplomático ha sido también confirmado por la diplomacia norcoreana en Naciones Unidas. "Con la valiente decisión de nuestro Líder Supremo, podemos aprovechar esta oportunidad para garantizar la paz y la seguridad de la península coreana y el Lejano Oriente", dijo el portavoz de su misión en la ONU.