Bolivia abandona la relativa tranquilidad política, apuntalada por un nuevo año de crecimiento económico, del 4%, y comienza a velar las armas para la confrontación electoral entre Evo Morales y sus adversarios. Las puertas del conflicto se han abierto después de que el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) haya habilitado al presidente para que pueda presentarse a las elecciones presidenciales del 2019.

El TPC ha consideróao que los convenios internacionales suscritos por el país están por encima de la Carta Magna. Los seguidores del exdirigente cocalero han saludado de inmediato la posibilidad que abre con el pronunciamiento de la máxima autoridad judicial. La oposición no ha tardado en ver en Bolivia el espejo venezolano.

En setiembre pasado, el partido gobernante Movimiento Al Socialismo (MAS) presentó ante el TCP un recurso con el pretexto de que los límites fijados en la Constitución a un nuevo período de Morales, en el poder desde enero de 2006, violan la convención interamericana sobre Derecho Humanos. El Supremo les dio la razón.

El diputado del MAS, David Ramos, ha considerado que el TCP ha actuado de pleno derecho al habilitar no solo a Morales sino al vicepresidente, Álvaro García Linera, respectivamente. “La mayoría está con nosotros porque somos el partido de la gente sufrida, de los trabajadores y seguiremos yendo adelante. Algunos creen que Evo no va a continuar. Hermanos, el presidente Evo, por su derecho constitucional, nuevamente va a pedir el voto de la gente y la gente nuevamente le va a dar su voto”, ha dicho García Linera por su parte.

La oposición llama a protestar

La oposición se veía venir el dictamen del TCP. De hecho también había presentado un recurso argumentando que si Morales vuelve a postularse en los hechos se burla de la decisión democrática del 21 de febrero del año pasado, cuando se rechazó en consulta popular modificar la Constitución para allanarle el camino a “El Evo” para que compita en elecciones por cuarta vez. “El TCP y el MAS han asesinado la democracia. Hoy termina el régimen democrático en nuestro país y se instaura un nuevo régimen al estilo venezolano-cubano”, afirmó el jefe de bancada de la alianza opositora Unidad Demócrata (UD) en el Senado, Edwin Rodríguez. “No hay independencia de poderes, hay hegemonía, aquí todo órgano del Estado tiene que hacer lo que el MAS le da la gana. Los bolivianos tenemos este domingo la oportunidad de hacer escuchar nuestra voz de protesta”, señaló el jefe de bancada de UD en Diputados, Wilson Santamaría. La oposición no se privó de recordar que según una reciente encuesta de la firma Mercados y Muestras, un 75% de los entrevistados rechazan otra reelección presidencial.

El culebrón del hijo de Morales

El MAS cree que, con su dictamen, el TPC trata de resolver un problema derivado de aquella consulta en la que muchos electores votaron influenciados por noticias falsas. Unas dos semanas antes del referendo, el productor televisivo Carlos Valverde dijo tener una “primicia”: Morales y la joven empresaria Gabriela Zapata tenían un hijo. Valverde mostró un certificado de nacimiento con el nombre de Fidel Ernesto Morales Zapata, nacido en La Paz el 30 de abril de 2007.

El presidente pidió conocer a una criatura que en rigor Zapata escondía a toda costa. El “culebrón” tuvo un efecto negativo para el MAS. El presidente fue derrotado en las urnas por 2,5 puntos pero la criatura nunca apareció. La empresaria terminó en la cárcel por aprovechar su antiguo vínculo con el presidente para hacer negocios con el Estado y en nombre de firmas chinas. En mayo de 2016, la jueza Jacqueline Rada terminó por declarar la “inexistencia física comprobada del niño”. El productor televisivo admitió también que “el hijo de Evo Morales con Gabriela Zapata, efectivamente, no habría nacido”.