Ya es oficial. El Partido Socialdemócrata alemán (SPD) se sentará a negociar un nuevo Gobierno con la Unión Demócrata Cristiana (CDU) que preside la cancillera Angela Merkel. Reunida en Berlín, la cúpula roja, encabezada por Martin Schulz, ha aprobado por unanimidad lo que ya se daba por hecho desde la semana pasada, cuando los delegados del partido dieron luz verde a las negociaciones. “Entraremos en las charlas abierta y constructivamente”, ha reafirmado Andrea Nahles, líder parlamentaria del partido.

Junto con otros siete altos representantes de la ejecutiva socialdemócrata, Schulz empezará la primera fase de contacto en enero. De prosperar y ser ratificado por los 440.000 miembros del SPD, el acuerdo podría llegar a finales de febrero. Eso llevaría a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) a convertirse en la primera fuerza de la oposición. Aunque Alemania sigue siendo la potencia hegemónica incuestionable, Bruselas mira con preocupación su bloqueo político. "Un poco de prisa sería apropiado”, ha apuntado este viernes el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

Avance cauteloso

A pesar de que la decisión ya estaba tomada, el SPD está avanzando lentamente y con cautela para aceptar aquello mismo que el día de las elecciones descartó tajantemente. Entonces, recién sufrido el batacazo electoral que les llevó a cosechar su peor resultado desde 1949, Schulz rechazó hablar de otro acuerdo de Gobierno con Merkel y aseguró que el partido pasaría a la oposición para poder empezar una muy necesitada renovación. Con el fracaso de las negociaciones para formar un tripartito con ecologistas y liberales, los conservadores y todo el país miraron al SPD.

Con tan solo el 20,5% de los votos y unas encuestas que apuntan a que podría perder fuerza, los de Schulz quieren evitar la repetición de elecciones. Sin embargo, están haciendo equilibrios para no dar la visión de que todo está vendido. Entre la espada y la pared, el SPD parece abierto a asumir esa responsabilidad de Gobierno mientras intenta que eso no afecte a sus sectores más izquierdistas y reacios a pactar con Merkel. Un 68% de los socialdemócratas apuestan ahora por una gran coalición, un 22% más que a principios de mes. Para los que se oponen a ello, Schulz ha reiterado que la puerta sigue abierta a un Gobierno conservador en minoría apoyado puntualmente y desde fuera del Ejecutivo por el SPD.