La suerte del submarino ARA San Juan en el Atlántico sur se tiñe con el paso de las horas de un tono cada vez más pesimista. En medio de la desesperación de los familiares de los 44 tripulantes que no saben nada de ellos desde el pasado miércoles, cuando el sumergible perdió contacto con la base de operaciones a la altura de Puerto Madryn, unos 1.300 kilómetros al sur de Buenos Aires, la Armada argentina reveló algo que hasta ahora se barajaba como rumor: la embarcación había reportado problemas.

El capitán de navío Gabriel Galeazzi, portavoz de la institución, informó de que el miércoles fue comunicado un «principio de avería» que obligó al submarino a cambiar su ruta y dirigirse a la ciudad de Mar del Plata, 400 kilómetros al sur de la capital. El inconveniente técnico afectaba a los circuitos de las baterías que posee el ARA San Juan, cambiadas en su totalidad en el 2014 cuando la unidad fue reparada por el Ministerio de Defensa.

Esas baterías son indispensables para la propulsión del sumergible en profundidad y se recargan en superficie a través de un generador que es impulsado especialmente por el motor. Un cortocircuito puede provocar un incendio. Galeazzi intentó restarle dramatismo a la noticia: «Es normal que haya averías, todo buque las tiene y se informan en cada momento». Otro portavoz de la institución, Enrique Balbi, pidió no vincular necesariamente el inconveniente técnico a la desaparición del ARA San Juan.

Balbi reconoció también que los siete intentos de comunicación que se registraron el sábado no partieron desde el teléfono satélite del sumergible y que todo estaba como 96 horas antes. Los días pasan y la falta de contacto del submarino con su base solo ahonda los peores temores. Una de las preguntas que repiten los medios tiene que ver con el tiempo que podrían sobrevivir los tripulantes sin que el ARA San Juan retorne a la superficie. «En condiciones normales de navegación, el submarino puede permanecer debajo del agua al menos unos 90 días, depende de su capacidad de combustible, agua, alimentos y también del oxígeno», le dijo al portal Infobae el perito naval Fernando Morales.

Sin embargo, el sumergible debe salir a superficie en más de una oportunidad porque se maneja mediante la energía que proporciona su motor diésel. Si se abstiene de hacerlo, depende de las baterías que permiten atrapar el anhídrido carbónico que exhalan los tripulantes y absorber el oxígeno puro, facilitando su renovación.

Y esas fuentes, como reconocieron las autoridades, están en el centro del problema del submarino adquirido en 1985 a Alemania. Si no pueden recargarse, avisó Morales, el tiempo de autonomía de la unidad «es de siete días». En este contexto, la Armada realiza el rastreo para tratar de ubicar al batiscafo ARA San Juan.

La situación meteorológica en el Atlántico sur no ayuda. Un fuerte temporal acompaña las labores de rescate. Las olas son de más de seis metros. Las condiciones podrían mejorar hoy, casi una semana después de que no se sepa nada más sobre el submarino.