Paula Robinson, una mujer de 48 años, se encontraba anoche con su marido en la estación de tren Victoria, situada junto al Manchester Arena cuando escuchó la explosión. Poco después vio como decenas de personas, la gran mayoría adolescentes, salían corriendo entre gritos y llantos de la instalación donde había actuado la estadounidende Ariana Grande.

"Ocurrió segundos después de la explosión. Agrupé a las adolescente que corrían", explica Robinson. En poco tiempo logró reunir a medio centenar de menores y las condujo hasta el cercano hotel Holiday Inn Express. Después, a través de su móvil, envió tuits informando a los padres que buscaban a sus hijas que acudieran al hotel.

Robinson ha explicado que desde que puso el tuit su teléfono no paró de sonar. "Los padres llegaron corriendo, frenéticos, hasta el hotel donde había muchos niños", ha relatado a la agencia Reuters.

"Tenemos a 50 niños con nosotros esperando a que los vengan a buscar. Estan a salvo y los estamos cuidando", escribió Robinson en Facebook y después en Twitter.