Escala técnica. La nave militar italiana 'Diciotti', con 177 inmigrados a bordo, permanece atracada desde la noche del lunes -tras de cinco días de espera frente a la isla de Lampedusa- en el puerto de Catania (Sicilia), pero ningúno de los rescatados en alta mar, personas huidas de África subsahariana por guerras, dictaduras o hambre, ha podido todavía desembarcar.

Lo impide una orden del Ministerio del Interior, en la que se precisa que, antes de autorizar el desembarque, la Unión Europea tiene que indicar los países donde los migrantes serán reubicados. Una petición igual fue cursada formalmente el pasado domingo por el titular de Exteriores, Moavero Milanesi. Fuentes de la presidencia italiana han dicho que el primer ministro, Giuseppe Conte, está mediando para encontrar una solución.

Por el momento, solo España y Francia habrían manifestado “una tímida adhesión”, mientras que Austria, que además de ostentar la presidencia de turno de la UE es otro de los países donde predominan los gobernantes populistas, ha solicitado prohibir “cualquier atraque en puertos europeos de barcos con migrantes que lleguen de África”.

Críticas de Salvini a Bruselas

Mientras tanto, se multiplican las llamadas a favor del desembarque de los refugiados. “Las personas a bordo han sufrido abusos, torturas, son víctimas de la trata y tráfico de seres humanos, necesitan recibir asistencia urgente y derecho a pedir asilo que es un derecho fundamental, no un crímen”, ha declarado Carlotta Sami, portavoz de ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados. Otras 15 asociaciones y movimientos de la sociedad civil de Catania han hecho público un mensaje en el que piden que “el puerto sea inmediatamente abierto y las autoridades dejen desembarcar a las personas de la nave. Seamos humanos”.

Matteo Salvini, el polémico y xenófobo titular de Interior y autor de la orden “puertos cerrados”, ha respondido que “antes de autorizar el desembarque sería mejor levantar el teléfono y pedir explicaciones a Bruselas y a los demás gobiernos europeos”. “Se está trabajando para conseguir distribuir los migrantes en varios países”, ha declarado, por su lado, el portavoz de la Comisión Europea, Alexander Wintersterin.

Salvini ha criticado que los Estados de la UE no asuman sus compromisos de reubicación en los casos de inmigrantes que llegan a las costas de Italia. El líder de la Liga, que también es vicepresidente del Gobierno, ha recordado que en julio seis países europeos se comprometieron a recibir a 450 inmigrantes que desembarcaron en el puerto de Pozzallo, en Sicilia, y únicamente Francia ha cumplido su palabra.

Gastos de traslado

"Solo Francia ha realizado un esfuerzo acogiendo 47 de los 50 prometidos (tres están hospitalizados a la espera del traslado)", ha subrayado. En cambio, dice en un comunicado, "Alemania iba a recibir a 50 y ha admitido a cero", igual que Portugal, España y Malta, mientras que Irlanda había prometido hacerse cargo de 20 y no ha asilado a ninguno. "Todos tratan de ganar tiempo imponiendo a Italia que pague los gastos de los traslados, 500 euros por persona", ha asegurado.

El exprimer ministro italiano, Paolo Gentiloni, por su lado, ha lamentado la actitud del Gobierno de su país. "hHemos vistos muchos barcos de migrantes obligados a vagar por los mares sin poder llegar a un puerto, pero es la primera vez a nivel mundial que a una nave de la Guardia Costera (militar) se le ha llegado a prohibir atracar en los puertos de su país.”