“No me di cuenta del valor político del referéndum. (…) Fue un error garrafal”. Un mes después de su renuncia, Matteo Renzi califica así en una entrevista a la prensa la sucesión de eventos que lo llevaron a abandonar el puesto de primer ministro de Italia. “La palabra ‘reforma’ sonó vacía, mecánica, artificial”, dice, en referencia al (fracasado) plebiscito popular mediante el cual pretendía hacer el cambio más profundo de la Constitución italiana desde que ese país es República (1946).

Con un tono íntimo, a ratos amargo, Renzi ha explicado al diario 'La Repubblica', en concreto a su exdirector Ezio Mauro, que no abandonará la política, aunque, si que pensó en tomar esa decisión después de la derrota en las urnas que precipitó su dimisión. “Los primeros días, sí; me sentí tentado de hacerlo. Y, para ser sincero, fue un poco por curiosidad y un poco por arrogancia”, ha dicho en esta larga entrevista, la primera que concede tras abandonar el cargo.

“Después me dije que solo el cobarde huye en los momentos difíciles”, afirma. “¿Qué es lo que más lamento? No haber conseguido que la gente entendiese lo importante que era para Italia esta reforma. Hemos perdido una ocasión que no volveremos a tener en décadas”, afirma.

FILAS MÁS IZQUIERDISTAS

En lo que parece un 'mea culpa' a medias, Renzi reconoce haber personalizado en exceso la consulta popular, algo que le han reprochado repetidamente desde las filas más izquierdistas de su formación, el Partido Democrático (PD). “Ese ha sido uno de mis límites”, admite, aunque acto seguido dice: “Pero la Italia que nos encontramos en 2014, con un PIB del -2%, necesitaba una sacudida. Hubo que decir “yo” y dar la cara”.

A este respecto, opina que, si bien el PD ha sido el gran afectado por lo sucedido, la formación italiana está en mejor estado de salud que el resto de partidos de centroizquierda de Europa. “En Francia los socialistas no están demasiado bien; en España, ya hemos visto cómo han acabado las cosas en el PSOE; en Reino Unido, con Corbyn los laboristas no ganan…”, dice, al enumerar las más recientes derrotas de los progresistas en el mundo. También cita a los demócratas en Estados Unidos.

El problema, argumenta, es que la izquierda debe saber “entrar en el nuevo siglo, unir la tradición con el futuro”. Mientras que el PD debe liberarse de “los vínculos de sus corrientes (políticas)”, en vista del próximo congreso, previsto para noviembre de este año. Aunque, añade, “no hay prisa” para las elecciones en Italia.

ACTIVO COMO NUNCA

Las declaraciones de Renzi se han producido una semana después de que el actual primer ministro italiano, Paolo Gentiloni -a quien varios consideran la sombra de Renzi y otros un hombre cercano a los servicios de inteligencia- tuviera que ser operado de urgencia por un grave problema vascular. Gentiloni, de 62 años, abandonó este pasado fin de semana la clínica de Roma en la que había sido hospitalizado.

Mientras tanto, Beppe Grillo, el líder del Movimiento Cinco Estrellas (M5S) y principal opositor de Renzi, sigue más activo que nunca, con sondeos que indican que el M5S se ha convertido en la primera fuerza del país. Y eso a pesar de las recientes malas jugadas que Grillo ha llevado a cabo, como la de romper con el UKIP británico de Nigel Farage para luego volver a restablecer esa relación.