Los rebeldes prorrusos han entregado esta madrugada a representantes de Malasia las dos cajas negras del avión de Malaysia Airlines derribado en el este de Ucrania el pasado jueves con 298 personas a bordo. Además, los separatistas, en un gesto para facilitar la investigación de la catástrofe, ha anunciado una declaración unilateral de alto el fuego en un radio de 10 kilómetros en torno a la zona del siniestro, que tuvo lugar en un campo de la localidad de Grabovo, para facilitar la labor de los expertos internacionales.

"No hemos venido aquí para culpar a nadie. Las dos cajas son propiedad de Malasia. A simple vista se puede apreciar que las cajas están intactas", ha asegurado a la prensa el jefe de la delegación del país asiático, un coronel del Consejo de Seguridad Nacional de Malasia.

El primer ministro de la república popular de Donetsk, Alexandr Borodái, ha hecho entrega de los dos dispositivos aéreos durante una ceremonia oficial celebrada en la sede del Gobierno separatista en Donetsk en la que las partes han firmado sendos documentos oficiales.

Las cajas de color naranja han sido exhibidas sobre la mesa de la sala de conferencias y entregadas a la parte malasia ante las cámaras. 'Flight recorder. Do not open' (Grabador de vuelo. No abrir), se podía leer en las cajas.

Repatriación de los cadáveres

"Ahora, tenemos tres tareas: la repatriación de los cuerpos, el traslado de las cajas negras y la devolución de los objetos personales a sus dueños", ha dicho el representante malasio.

El coronel ha explicado que, una vez que ya tiene las cajas negras en su poder, el tren con los 282 cadáveres y 87 fragmentos de los pasajeros y tripulantes del aparato podrá abandonar la estación de Donetsk con destino a la ciudad de Járkov para su examen e identificación. "Nos iremos ahora mismo", ha dicho el militar malasio, que viajará en el mismo tren que transporta los vagones frigoríficos con los cadáveres.

En Járkov el tren con los cadáveres será recibido por una treintena de expertos, en su mayoría de Holanda, país del que procedían 193 víctimas, y Malasia, nación propietaria del Boeing-777 accidentado. Seguidamente, se procederá a su examen, tras lo que serán repatriados, aunque cabe la posibilidad que algunos familiares puedan viajar a Járkov para identificarlos personalmente.

Acusaciones contra Kiev

Por su parte, Borodái se ha manifestado convencido de que "el análisis de las cajas negras arrojará luz sobre cómo ocurrió realmente esta terrible catástrofe". "Las casi 300 personas fallecidas son víctimas de una guerra no declarada por las autoridades de Kiev contra el pueblo de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk", ha denunciado.

Borodái ha insistido en que "la parte ucraniana -en alusión al Gobierno de Kiev-- no está interesada en la investigación objetiva del siniestro con la participación de expertos internacionales y en que la verdad salga a la luz". Y ha negado que las milicias insurgentes hubieran derribado el avión malasio como aseguran Estados Unidos y muchas cancillerías occidentales.

"No disponemos de la tecnología necesaria y, lo más importante, no teníamos de motivo alguno, ya que no sacamos ningún rédito con esta tragedia humana", ha destacado.