La reciente sucesión del príncipe heredero al trono de la Casa Real de Arabia Saudí podría estar sustentada en problemas de salud y de adicciones a ciertos medicamentos.

El príncipe saudí Mohammed bin Nayef, de 57 años, fue convocado por su tio, el rey Salman bin Abdulaziz, al palacio real de la Meca el pasado 20 de junio. Al llegar, al príncipe se le despojó de su teléfono y de su dispositivo de seguridad. Bin Nayef fue encerrado en una sala en la cuarta planta del palacio durante varias horas y obligado a dimitir como heredero al trono.

Según una fuente cercana al príncipe, el rey se quedó a solas con él y le dijo: "Quiero que renuncies al cargo; no escuchaste mi consejo de recibir tratamiento para tu adicción". El encargado de reemplazarlo fue su primo Mohammed bin Salman, de 31 años. Su renuncia llegó después de muchas presiones. El factor decisivo es un problema de salud del príncipe, según publica 'The New York Times'.

INTENTO DE ASESINATO

Bin Nayef sufrió en el 2009 un intento de asesinato, hecho que contribuyó a su adicción a los analgésicos, lo que ha afectado a su comportamiento y a la forma "peligrosa de tomar decisiones". No obstante, la versión de un oficial saudí contradice la anterior. Según esta fuente, la acusación por adicción a las drogas "no tiene ningún sentido" y apunta a que Bin Nayef fue obligado a ceder la primera posición en la línea de sucesión por el interés nacional y que los motivos son absolutamente confidenciales.

Más allá de esta trama propia de una película de Hollywood, los dos primos hasta entonces mantenían diferencias por la posición de Arabia Saudí en temas relacionados con la guerra del Yemen y la relación con Qatar, país que a día de hoy es acusado de fomentar el terrorismo yihadista.