El británico Darren Osbone, de 47 años, actuó solo y es lo que los servicios de inteligencia consideran “un lobo solitario”, que actuó por su cuenta. Los investigadores están sin embargo indagando si el acusado de haber atropellado a un grupo de musulmanes en las proximidades de la mezquita de Finsbury Park en la madrugada del lunes tenía vínculos con grupos y organizaciones de extrema derecha. El agresor, con tendencia a la agresividad, ya había tenido conflictos por motivos racistas recientemente, según sus vecinos.

Osborne, padre de cuatro hijos, carecía de empleo, se había separado recientemente de su pareja y vivía en una tienda de campaña desde hacía tres semanas. En el vecindario en Pentwyn, a las afueras de Cardiff, donde Osborne había residido durante varios años, la policía ha estado desde el lunes registrando la propiedad en la que vivía. El pasado fin de semana, justo la víspera del ataque, el agresor había sido expulsado del pub local, medio borracho, por lanzar insultos contra los musulmanes y gritar que les haría daño. También el pasado sábado llamó "bastardos" al hijo y la hija de un vecino musulmán.

El vehículo que utilizó para el atropello múltiple fue alquilado en una agencia en la zona. Tras arremeter contra los fieles que se encontraban en la mezquita de Finsbury Park, el hombre gritó, según testigos presenciales: "Voy a matar a todos los musulmanes". Asimismo, dirigía a sus víctimas frases como "te lo merecías" y "yo ya he cumplido mi parte".

SORPRESA DE LA FAMILIA

La familia de Osborne, que se halla detenido en una comisaría de alta seguridad de Londres, afirma que sufre problemas mentales. En un comunicado, ha expresado su total sorpresa y repulsa por el ataque. "Nos encontramos enormemente conmocionados, es increíble. Aún no lo hemos digerido realmente", señalan en un comunicado. "Es la peor pesadilla de una madre", ha dicho su progenitora, Christine, de 72 años, para quien su hijo "no es un terrorista, sino un hombre con problemas": "No voy a defenderle, pero es mi hijo, y para mí el choque es terrible", ha añadido. "Estamos de todo corazón con las víctimas", ha declarado por su parte Ellis Osborne, de 26 años, sobrino del agresor.

Las autoridades británicas están tratando de tranquilizar a la comunidad musulmana, que ha visto aumentar el número de agresiones desde los recientes atentados que ha sufrido el Reino Unido a manos de extremistas islámicos. En un artículo publicado en el diario 'The Guardian', la ministra de Interior, Amber Rudd, promete mano dura contra “todas las formas de extremismo”. Este último ataque “une a todos en el dolor y la rabia” y “es vital, ahora más que nunca, que estemos juntos, sin permitir que los que quieren usar el odio para dividirnos lo logren”, añade.

VIGILANCIA EN LAS MEZQUITAS

Rudd ha pedido a las mezquitas que soliciten fondos extra para mejorar la seguridad de sus locales. El Gobierno ha reforzado las patrullas de vigilancia policial en los lugares de reunión de la comunidad musulmana en la capital. El próximo fin de semana habrá una gran afluencia de fieles en las mezquitas con las celebraciones del Eid al-Fitr, que marcan el fin del ayuno de Ramadán.

"Por desgracia, ha habido recientemente atentados cometidos en nombre del islam, en nombre de Dios, y era posible que alguien respondiera así", declaraba por su parte a AFP Rauadudín Arif Jan, imán de la mezquita de Baitul Ahad, próxima al lugar de los hechos, en el norte de Londres. "El miedo se expande en nuestra comunidad. Esta gente quiere dividirnos, debemos procurar no caer en su trampa", afirmaba.