¿Será la administración Trump tan inflexible con Europa y sus compromisos como manifestó en campaña? A pesar de los constantes exabruptos del nuevo presidente de los Estados Unidos contra el proyecto comunitario y la OTAN, este gran interrogante parece esclarecerse levemente. Después que durante la semana lo hiciesen el secretario de Estado Rex Tillerson y el secretario de Defensa James Mattis, este sábado ha sido el turno del vicepresidente Mike Pence de mostrar una actitud más conciliadora. “Confiad en que los EEUU es y será siempre vuestro aliado más firme”, ha remarcado en a Conferencia de Seguridad de Múnich.

Con más de un centenar de jefes de Estado y ministros de todo el mundo reunidos en la capital bávara, el número dos de Donald Trump ha querido calmar los ánimos y mandar un mensaje de unión con las potencias europeas que suaviza las agresivas críticas del magnate que han puesto en alerta a Europa. Pero a pesar de tender la mano, Pence ha reiterado a sus aliados que se debe incrementar elgasto militar. “Ha llegado el tiempo de hacer más”, ha asegurado delante de una audiencia poco convencida.

ALEMANIA APORTARÁ MÁS A LA OTAN

Pocos minutos antes, Múnich se había despertado con la intervención de la canciller alemana Angela Merkel, quien ha tendido la mano a la cooperación. Como ya remarcó el viernes la ministra de defensa alemana Ursula Von der Leyen, Alemania incrementará el presupuesto de defensa y su aportación a la OTAN para reforzar combatir el terrorismo, una pequeña concesión a las intenciones de Trump. Tras el Brexit, el impacto aún latente de la crisis económica y la llegada de cientos de miles de refugiados,Alemania busca preservar los lazos con sus socios y seguir avanzando hacia una UE más compacta y alineada.

Acostumbrada a tender puentes entre Occidente y Rusia, Merkelha reiterado que “no dejará de promover” una buena relación con la potencia liderada por Vladímir Putin. Los constantes rifirrafes con Moscú por los movimientos geoestratégicos de la OTAN en el este del continente evidencian la fragilidad de una relación que encuentra muchos más puntos en común en la lucha contra el grupo autoproclamado Estado Islámico. Las alianzas frente al terrorismo serán menos complejas de abordar que el tablero desplegado en la Guerra de Siria o la de Ucrania, ambas sobre la mesa.

MERKEL, PRAGMÁTICA PERO CRÍTICA

Pero más allá de su tradicional pragmatismo, el primer encuentro a alto nivel entre Berlín y Washington también ha dejado momentos tensos. En un tono irónico muy poco habitual, Merkel ha reiterado que el multilateralismo y la colaboración funcionan mejor que el aislacionismo propuesto por Trump. “Estoy segura que hay más móviles americanos hoy en Múnich que coches alemanes en la quinta avenida de Nueva York”, ha comentado, respondiendo a uno de los esperpénticos comentarios de campaña del nuevo presidente. También ha tenido palabras punzantes para el Kremlin, a quien ha atribuido indirectamente la difusión de noticias falsas para generar un clima de frustración que beneficie a sus intereses.

La llegada del magnate inmobiliario a la Casa Blanca ha puesto un enorme interrogante sobre las relaciones entre los Estados Unidos y Alemania, dos grandes potencias con fuertes vínculos económicos y que tras compartir una senda comuna durante el mandato deBarack Obama ahora miran con recelo hacia direcciones distintas. Con un Trump abiertamente euroescéptico y contrario a losrefugiados que alimenta la retórica de la ultraderecha xenófoba alemana, Merkel deberá volver a poner en marcha la realpolitik que ha caracterizado a la potencia teutona desde los tiempos de Otto Von Bismark para mantener a flote una alianza que ha sustentado la hegemonía occidental en las últimas décadas.