En un gesto inesperado el presidente de México, Enrique Peña Nieto, recibirá este miércoles al candidato republicano a la Casa Blanca Donald Trump, el hombre que satanizó al país tildando a los mexicanos en Estados Unidos de "criminales" y "violadores", y amenazó con levantar un muro fronterizo.

Como era de esperar, tan pronto como Peña Nieto y Trump anunciaron su reunión en la capital mexicana, de cuyos detalles se conoce poco aunque la Presidencia mexicana asegura que será "privada", las reacciones contrarias al encuentro se multiplicaron en el país latinoamericano.

"EPN (Enrique Peña Nieto) se ha convertido en pieza de propaganda del peor enemigo del país", afirmó en la red socialTwitter el analista político Jesús Silva Herzog, que consideró "vergonzoso" el hecho de que el mandatario mexicano reciba al magnate estadounidense.Ese fue uno de los comentarios más duros que inundaron las redes durante horas, pero hubo más. El coordinador en el Senado mexicano del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD), de izquierdas, Miguel Barbosa,reaccionó de forma furibunda. "@realDonaldTrump, tu presencia en México no es grata. ¡Lárgate! Vienes a tomarte la foto con quienes has ofendido", indicó Barbosa, que en otro mensaje calificó de "comportamiento indigno" la actitud del Gobierno mexicano.

El historiador Enrique Krauze también tuvo palabras para el candidato republicano: "Discúlpese @realDonaldTrump por llamarnos "violadores y asesinos", asegure que no construirá el muro ni deportará 11 millones de mexicanos". La presencia de Trump en México a pocas semanas de las elecciones en Estados Unidos, que muy pocos eran capaces de prever, partió de una invitación cursada el viernes por Peña Nieto al magnate estadounidense y a su rival electoral, la demócrata Hillary Clinton, explicó el martes la Presidencia mexicana.

Aunque el Ejecutivo mexicano había afirmado en marzo pasado que tenía interés en entablar contactos con los candidatos que surgieran de las primarias de EEUU, aún después de los comentarios más agresivos de Trump contra el país, la reunión de este miércoles ha sorprendido a propios y extraños. Especialmente porque se produce un día antes de que Peña Nieto presente al Congreso el cuarto informe de sus seis años de gestión (2012-2016), en medio de una grave crisis de popularidad. También por las declaraciones que el propio gobernante realizó en Canadá en junio pasado en la última cumbre de presidentes de América del Norte, en apariencia alusivas a Trump.

Aunque aseguró que su Gobierno "es respetuoso del proceso electoral de los Estados Unidos", criticó a quienes "recurren al populismo, a las soluciones fáciles a los problemas de hoy en día". "En este mundo se presentan liderazgos políticos demagógicos y populistas, pretendiendo destruir lo que se ha tomado décadas en construir", indicó.

El mandatario mexicano explicó que las comparaciones que se hicieron en su país de Trump con Adolf Hitler y Benito Mussolini, pretendían "llamar a la reflexión" sobre lo que esos líderes fascistas prometieron en su momento y que produjo "un resultado por todos conocido, una tragedia en la historia de la humanidad".

Sus dos antecesores en el cargo, Vicente Fox (2000-2006) y Felipe Calderón (2006-2012), habían comparado semanas antes al candidato republicano con Hitler. Por ello, extraña tanto la visita de este miércoles, en la que los mexicanos van a esperar muchas cosas de su presidente