La ONU recordó hoy a los 126 "cascos azules" fallecidos durante 2014 y defendió la necesidad de modernizar las operaciones de paz, dotando a sus efectivos de mejores recursos y con más participación de los países ricos.

"Los entornos operativos están empeorando. Nuestros 'cascos azules' están cada vez más expuestos a amenazas asimétricas. Son atacados, perseguidos y asesinados", señaló el secretario general, Ban Ki-moon, en una ceremonia en honor de los caídos.

La ONU, aseguró Ban, está haciendo "todo lo posible" para adaptar sus operaciones a esta nueva realidad y destacó la necesidad de "nuevos recursos".

"No podemos hacer labores de mantenimiento de la paz en el siglo XXI con herramientas del siglo XX", insistió.

Por ello, las Naciones Unidas han llevado a cabo en los últimos meses una importante revisión de los despliegues y han comenzado a introducir nuevos equipos, como más vehículos blindados, novedosos sistemas de seguridad y tecnologías, además de reforzar la preparación de los "cascos azules".

Ban defendió hoy que los estados ricos deben involucrarse más en las misiones de paz, que hoy por hoy emplean sobre todo a efectivos procedentes de países con menos recursos.

"La mayoría de los pacificadores vienen de países en desarrollo. (...) Llamo a las naciones desarrolladas, que tienen más capacidad, a cumplir la parte que les corresponde en esta carga colectiva y a retomar su papel histórico en las operaciones", señaló.

En 2014, la mayor parte de las bajas en operaciones de paz de la ONU las sufrieron países asiáticos y africanos, con naciones como Etiopía y Chad con más de una decena de militares fallecidos.

El total de muertos en misiones de las Naciones Unidas volvió a superar el pasado año el centenar, una cifra de la que no ha bajado en los últimos siete años.

Los "cascos azules" fallecidos recibieron hoy a título póstumo la medalla "Dag Hammarskjöld", que lleva el nombre del segundo secretario general de las Naciones Unidas, muerto en 1961 en un accidente de aviación durante una misión de paz.

Entre ellos figuran los militares españoles Abel García Zambrano, fallecido en un accidente de tráfico en el Líbano en febrero del año pasado, y Carlos Martínez Gutiérrez, que murió en marzo tras una caída fortuita en las dependencias de la base española de Marjayún, en ese mismo país.

También recibió la medalla a título póstumo el salvadoreño José Manuel Cabrera, única víctima latinoamericana, que perdió la vida en el mismo accidente que García Zambrano.

En lo que va de 2015, la ONU ha perdido a 49 efectivos que serán homenajeados el próximo año, incluido otro soldado español, Francisco Javier Soria, que falleció en el Líbano al ser alcanzado por un bombardeo israelí.

Los altos números de bajas se explican, en buena parte, por el cada vez mayor despliegue de militares, policías y empleados civiles, pues los actuales 125.000 efectivos que trabajan sobre el terreno son un récord para la ONU.

Pero también por la compleja situación a la que se enfrentan en lugares como Sudán del Sur, la República Democrática del Congo o Mali, donde los "cascos azules" son atacados "casi a diario" con fuego de mortero y misiles, según dijo hoy Herve Ladsous, el máximo responsable de las operaciones de paz.

El pasado año, Mali fue precisamente el país más peligroso para las fuerzas de las Naciones Unidas, pues allí perecieron un total de 41 "cascos azules", 28 de ellos en ataques violentos.

"El mantenimiento de la paz de la ONU va a continuar comportando riesgos y lamentablemente esta no será la última vez en que nos reunamos para llorar. Nuestros 'cascos azules' soportan una pesada carga por todos nosotros, pero su duro trabajo y su éxito han hecho de las operaciones de paz una herramienta insustituible", señaló Ban.