La ola de frío polar que desde el fin de semana barre Europa ha provocado ya cerca de 80 muertos mientras los meteorólogos anuncian una mejoría a partir del miércoles. De hecho, las temperaturas han empezado a ser más clementes pero, por el momento, no es muy perceptible ya que el punto de partida roza, en algunos casos, los 30 grados negativos. La mayor parte de fallecidos son personas sin recursos que carecen de techo y calefacción para afrontar el frío. Entre ellos, los refugiados, especialmente los que se encuentran en Grecia y los Balcanes, están padeciendo la extrema dureza de las inclemencias del clima.

Rusia, Bielorrusia, Serbia, Bulgaria, Hungría, Turquía, Macedonia y Polonia, entre otros países, parecen haber estado compitiendo desde el sábado para alcanzar las temperaturas más bajas, por debajo de los 35 grados negativos en los casos más extremos. Polonia, que aglutina casi una treintena de fallecidos, es uno de los países donde la climatología adversa ha costado más vidas. Un goteo de muertes se ha reproducido en los demás países mientras los servicios sanitarios se volcaban en atender síntomas de hipotermia. En su mayoría se trataba de indigentes que habían ingerido alcohol y no notaban tando el frío, con el consecuente riesgo de congelación. Cruz Roja es una de las instituciones que está actuando en los distintos países afectados, proporcionando comida caliente y refugio a los más desprotegidos.

En Hungría, con temperaturas de hasta -28, se han producido cortes de servicios básicos como la electricidad y la calefacción, que, finalmente, pudieron solventarse. En Turquía, especilamente en la capital, Estambul, las nevadas han paralizado parte del tráfico rodado y aéreo. Igualmente, la navegación de barcos de pasajeros y de cargueros ha quedado suspendida en el Bósforo.

Diversas oenegés han alertado de los riesgos para los inmigrantesque se concentran en el campo de Moria, en la isla griega deLesbos, y en la zona de los Balcanes. Las gruesas capas de nieve amenazan con derribar las frágiles tiendas que, en su mayoría, no disponen de ningún método para calentarse. En Belgrado, 2.000 jóvenes refugiados que no tienen cabida en los campos oficiales se reparten por edificios abandonados de la ciudad sin tener cubiertas las necesidades básicas.

DOS DÍAS A -20

En esta coyuntura, un vecino de una aldea del este de Serbia ha sobrevivido durante dos días a 20 grados bajo cero atrapado en un pozo seco, sin agua ni alimentos. La desaparición de Jezdimir Milic, de la aldea de Smoljinac, fue denunciada el sábado, horas después de que hubiera salido de compras en la víspera de la Navidad ortodoxa. Fue encontrado por un vecino el domingo, después de más de 52 horas desaparecido, en un pozo de cinco metros de profundidad en las afueras de la aldea. Milic fue tratado de un cuadro de hipotermia en el hospital.