El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ha denunciado y condenado los violentos disturbios, los ataques a policías y la destrucción de propiedad que se produjeron el lunes en Baltimore (Maryland), pero también ha reclamado con contundencia una reflexión y acción nacional para atajar los problemas de violencia y pobreza y tensas relaciones con la policía que viven "desde hace décadas" muchas comunidades negras.

"No podemos dejar esto en manos de la policía; departamentos de policía, comunidades y todo el país debemos bucear en nuestra alma", ha dicho Obama en una rueda de prensa en la Casa Blanca junto al primer ministro japonés, Shinzu Abe. Obama ha abierto su declaración mostrando solidaridad y comprensión con la familia de Freddie Gray, el joven que murió el 19 de abril una semana después de ser arrestado en Baltimore y entrar en un coma con una grave lesión en la espina dorsal cuyo origen no se ha aclarado.

También ha mostrado su solidaridad con los policías heridos en las revueltas del lunes y ha denunciado que "no tienen excusa" los actos de pillaje y destrucción, que ha atribuido a "un puñado de criminales". La mayor parte de su respuesta, no obstante, la ha dedicado el presidente a recordar que EEUU sufre "una crisis que no es nueva".

"PREGUNTAS PREOCUPANTES"

Ha mencionado Ferguson, la localidad de Missouri donde el adolescente negro desarmado Michael Brown murió en agosto de disparos de un policía blanco luego exonerado, y el grupo de trabajo que creó para investigar los problemas de las relaciones entre policía y comunidades de minorías y ha dicho: "Desde Ferguson, hemos visto demasiados incidentes de lo que parecen ser interacciones de agentes de policía con individuos, sobre todo negros y a menudo pobres, de una forma que plantea preguntas preocupantes".

Obama ha hecho también algunas de las declaraciones más contundentes de los últimos meses sobre la realidad sociológica que afecta a muchas comunidades negras. Ha hablado de "niños que nacen empobrecidos y desnudos de oportunidades" en comunidades de "pobreza abyecta, abusos de sustancias y falta de educación" y ha dicho que "es más probable [que esos menores] acaben muertos o en la cárcel que en la universidad".

"Son nuestros niños y no deben vivir en pobreza y violencia", ha dicho luego, tras recordar que uno de sus objetivos es una reforma del sistema de justicia penal que incluiría una reducción de condenas por delitos de drogas no violentos. Obama ha hecho también un retrato de ciudades como Baltimore, afectadas por la desindustrialización, la falta de inversión y donde "la industria de las drogas es el principal empleador" y ha opinado que es un error pensar que es suficiente "mandar a policía a contener el problema".

"Como nación o sociedad tenemos que ver qué podemos hacer para cambiar esas comunidades y dar oportunidades", ha dicho Obama, que ha asegurado también que sin ese cambio profundo "iremos periódicamente a ciclos de conflictos entre policía y comunidades y revueltas ocasionales en la calle".