Un barco armado de la Guardia Costera libia ha amenazado e impedido a la oenegé Proactiva Open Arms acercarse a dos pateras con más de 200 refugiados que navegaban a la deriva frente a las costas libias y proporcionarles asistencia médica. El incidente se ha producido este jueves por la mañana después de que el barco de rescate de Proactiva llegara a la zona atendiendo a un aviso del Centro de Coordinación de Rescate Marítimo de Roma (MRCC), recibido cuando estaba ultimando otro dramático rescate a 30 millas de la costa libia, también en aguas internacionales.

La tripulación del ‘Open Arms’ había casi salvado a 107 inmigrantes de un bote neumático a punto de hundirse cuando ha recibido el nuevo aviso del MRCC para acudir en auxilio de una segunda barca de inmigrantes a la deriva. Al llegar al lugar indicado, a 32 millas de la costa libia, se ha encontrado con dos pateras junto al barco de los guardacostas de Trípoli, que les han ordenado por radio que no se acercaran a los inmigrantes, según ha explicado Òscar Camps, fundador y director de Proactiva.

“Había dos barcos con más de 200 personas que necesitaban ayuda médica y esperaban ser rescatados. Pero nos han amenazado y exigido que nos marcháramos”, ha afirmado Camps. “Conociendo las malas prácticas de los libios en sus ‘rescates’, hemos llamado a Roma, pero nos han dicho que no hiciéramos nada”, ha añadido, recordando que el ‘Open Arms’ ya sufrió el pasado verano disparos intimidatorios de guardacostas libios para alejarlos de sus aguas.

El barco de Proactiva se ha limitado a observar la actuación de los guardacostas, y ha podido comprobar cómo subían a los refugiados a bordo y partían en rumbo desconocido. “Aceptamos que el límite de aguas territoriales y contiguas sean jurisdicción de Libia, siempre que sea un Estado y proteja los derechos humanos. Pero si no es un país seguro, actuar así fuera de sus aguas equivale a una devolución en caliente”, denuncia Òscar Camps.

Complicidad de la UE

El fundador de Proactiva Open Arms recuerda que, a pesar de que los libios actúen dentro de la llamada Zona de Búsqueda y Rescate (SAR, en sus siglas en inglés), interceptar o amenazar a un barco de salvamento en aguas internacionales “es un acto de piratería según el derecho internacional”. Y hace cómplice de estas actuaciones a la Unión Europea, con su pacto con el Gobierno de Trípoli “para formar y financiar a los guardacostas libios para que recojan a gente en el mar y los devuelvan al infierno libio”.

Este último incidente con los guardacostas se ha producido horas después del rescate de 107 inmigrantes de otra patera a cargo del ‘Open Arms’, entre ellos 6 niños y tres mujeres embarazadas. Otros seis refugiados se dan por desaparecidos, al caer al mar la noche anterior, según el relato de los supervivientes. Una mujer embarazada de ocho meses ha explicado entre lágrimas que uno de los ahogados era su esposo. El ‘Open Arms’, al que se han transferido 300 inmigrantes más rescatados a lo largo del día por barcos de otros países, se dispone a desembarcarlos en las próximas horas en un puerto italiano, siguiendo las instrucciones del MRCC.