Al menos 33 personas han sido halladas muertas en una cárcel del estado brasileño de Roraima, en el norte del país, cuatro días después de que 56 reos fueran asesinados en una prisión de Manaos, han informado fuentes oficiales. La matanza ocurrió la madrugada del viernes en la Penitenciaria Agrícola de Monte Cristo (Pamc), en Boa Vista, capital de Roraima, según un comunicado de la Secretaría de Justicia y Ciudadanía (Sejuc) del estado.

Esta nueva masacre no ha sido perpetrada como consecuencia de un motín sino por una acción rápida de un grupo de detenidos que ha durado menos de una hora. "Según las informaciones iniciales, tres de los muertos eran violadores, que estaban ya separados (del resto), y los otros eran rivales internos que habían traicionado a los demás. En el lenguaje popular, se trataría de un ajuste de cuentas interno, lo que no resta gravedad a los hechos", ha afirmado el ministro brasileño de Justicia, Alexandre de Moraes en rueda de prensa en Brasilia.

En la prisión no se han encontrado armas de fuego y, según las autoridades, la mayoría de víctimas han muerto por heridas de arma blanca. Algunos reos decapitaron y descuartizaron a otros internos y posteriormente amontonaron los cuerpos en pasillos de la cárcel.

La Secretaría ha resaltado que la situación está "bajo control" y que el Batallón de Operaciones Especiales (Bope) y agentes de la Policía Militar se encuentran en el interior del presidio.

En octubre del año pasado diez presos murieron durante un reyerta entre clanes rivales en el Pamc, la mayor cárcel de Roraima, un estado fronterizo con Venezuela y Guayana.

SUPERPOBLACIÓN RECLUSA

Las muertes de Roraima se suman a las registradas el pasado lunes en el complejo penitenciario Anísio Jobim de Manaos, capital del estado de Amazonas, que fue escenario de una masacre en la que fallecieron 56 personas por un supuesto enfrentamiento entre dos facciones rivales.

En otra prisión de Manaos se registraron a comienzos de este año otras cuatro víctimas, lo que elevó la cifra total a 60 muertos.

El sistema carcelario brasileño atraviesa una grave crisis, con problemas de superpoblación en las prisiones, pésimas condiciones y continuos enfrentamientos entre organizaciones criminales rivales.

El Gobierno salió la víspera al paso para contener la crítica situación de los presidios y anunció un Plan Nacional de Seguridad Pública, que prevé, entre otros aspectos, una modernización de las cárceles del país.