La región italiana de Lombardia quiere aprovecharse de la incertudumbre que reina en Cataluña para captar el capital que sale del territorio catalán. Hace ya tiempo que los dirigentes secesionistas lombardos han dejado de reivindicar la independencia de Italia. Motor industrial y hogar de la capital financiera italiana, Milán, la región lombarda celebrará este domingo, junto a la de Véneto, un referéndum no vinculante para lograr una mayor autonomía de Roma. Hasta ahora, Cataluña ha sido uno de los principales rivales de Lombardia en la carrera por atraer empresarios que huyen de otro doloroso divorcio europeo, el 'brexit'. Las dos regiones, por ejemplo, compiten para ser la sede de la Agencia Europea del Medicamento (EMA, en sus siglas en inglés), que debe abandonar el Reino Unido y encontrar un nuevo hogar dentro de la Unión Europea.

"No somos Cataluña", dice el presidente de Lombardia y uno de los principales líderes de la Liga Norte, Roberto Maroni. "Permanecemos dentro de la nación italiana con más autonomía. Cataluña quiere convertirse en el 29º estado de la Unión Europea. Nosotros, no. No por ahora", añade. Maroni ha dejado claro que desde las filas de su formación política no se está "animando a las empresas para que huyan de territorio catalán".

El partido nacionalista, fundado por el hoy denostado Umberto Bossi, empezó en la década de 1990 a hacer campaña por un estado independiente, el de Padania, que se extiende por el norte de Italia, siguiendo aproximadamente el río Po desde alrededor de Lombardia al oeste hasta Venecia al este. Pero hace tiempo que dejaron de lado la idea de la independencia para centrarse en lograr un mejor acuerdo financiero con el Gobierno central.

Déficit fiscal

Roma dice que el referéndum es innecesario, pero no lo puede impedir porque la Constitución italiana lo permite. El gobernante Partido Democrático de Italia se mantiene neutral, aunque al menos uno de los alcaldes del partido en Lombardia está pidiendo el voto por el "sí" en la consulta.

Igual que Cataluña, Lombardía constituye una quinta parte de la economía nacional y se queja de que el centro está agotando sus finanzas. Pero a diferencia de Cataluña, donde cientos de firmas han trasladado la sede a otras regiones de España desde el referéndum de independencia del 1 de octubre, los nacionalistas lombardos mantienen una linea más suave y desean utilizar su mayor autonomía para aumentar las inversiones en la región.

Maroni dice que Lombardía paga 54 mil millones de euros más en impuestos a Roma cada año de lo que recibe del Gobierno central y asegura que desea reducir esa diferencia a la mitad. El dirigente lombardo afirma que parte de ese dinero lo invertiría en investigación y desarrollo, en fomentar negocios familiares y nuevas empresas y en exenciones fiscales para atraer a grandes firmas internacionales. Por ejemplo, afirma, "podría decirle a las grandes multinacionales que buscan invertir en Europa: 'Sabes que si vienes a Milán, durante dos o tres años no haré que pagues impuestos'.