La adolescente israelí Shira Banki, de 16 años, murió ayer por las heridas que le causó Yishai Schlissel, el judío ultraortodoxo que la apuñaló, junto a cinco personas más, el jueves pasado en la Marcha Gay de Jerusalén.

Schlissel acababa de salir de la cárcel tras cumplir condena por haber apuñalado a tres participantes en el desfile gay del 2005.

Banki, que era estudiante de secundaria, resultó gravemente herida y ha permanecido con respiración asistida y sedada mientras los médicos han intentado salvarle la vida sin éxito. Los padres de la joven han anunciado que donarán los órganos de su hija.

“Seguiremos permitiendo la libertad de expresión en esta ciudad, seguiremos apoyando a todos los grupos y comunidades, reforzaremos la educación y la tolerancia hacia los demás en nuestro sistema escolar y no nos disuadirán”, dijo el alcalde de Jerusalén, Nir Barkat.

"EL DESFILE DE LA ABOMINACIÓN"

Cada año, un pequeño grupo de religiosos sale a protestar contra la marcha gay, a la que llaman “el desfile de la abominación”, pero se limitan a gritar contra el desfile y, en algunas ocasiones, a insultar a los participantes, no los agreden.

Tras el ataque, los manifestantes han coreado “Jerusalén para todos” y eslóganes contra la homofobia y la violencia. El desfile gay en Jerusalén se celebra desde el año 2002. Es mucho más pequeño y menos llamativo que el de Tel Aviv, donde la marcha gay se lleva a cabo desde los años 90. A diferencia de Tel Aviv, una ciudad “gay friendly”, Jerusalén es mucho más religiosa y conservadora y el desfile gay tiene muchos detractores.