Dos naufragios en las costas turcas han dejado un total de 33 personas ahogadas. Al menos 11 refugiados murieron y tres fueron rescatadas con vida al hundirse una barca en la provincia de Balikesir, y otras 22 se ahogaron en un naufragio pocos kilómetros más al sur, tras partir de las playas de la vecina región de Esmirna.

Se sabe que las embarcaciones transportaban a más refugiados y hasta el momento sólo se han encontrado cuatro supervivientes, por lo que se teme que la cifra de víctimas aumente en las próximas horas a pesar de que las patrullas costeras turcas están realizando labores de rescate y búsqueda con apoyo aéreo en la zona. El mal tiempo en el Egeo, con vientos, oleaje y bajas temperaturas, ha provocado daños incluso a embarcaciones de recreo en los puertos de ocio de las costas turcas y ha complicado exponencialmente las travesías hacia Lesbos.

UN PAÍS DESBORDADO

Turquía tiene censados a unos 2,5 millones de refugiados sirios, de los que 260.000 viven en campamentos gracias al apoyo de las autoridades, mientras que el resto sobrevive por su cuenta, normalmente trabajando ilegalmente, dado que aún no está en vigor la anunciada ley que regulará su acceso al mercado laboral, y según los últimos datos publicados el viernes por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), hasta el 4 de febrero habían llegado por mar a Europa 74.676 personas, 68.778 de ellas a Grecia, mientras que 374 habían perdido la vida en la travesía.