Solo tres de las nueve oenegés que operan en el Canal de Sicilia salvando emigrantes y refugiados han firmado el Código de conducta elaborado por el Ministerio del Interior italiano para regular la actividad de las asociaciones humanitarias. Entre las firmantes no está la catalana Proactiva Open Arms, ni tampoco Médicos sin Fronteras (MSF), mientras que han firmado Save the Children y la alemana-maltesa Moas.

Queda por saber qué sucederá ahora, si los barcos de las oenegés no firmantes abandonarán la zona o si seguirán en ella sin respetar el Código. También es una incógnita saber cual será en este caso la reacción de las autoridades italianas. Las naves de estas oenegés han salvado desde enero un tercio aproximado de los 95.000 emigrantes desembarcados en Italia, según fuentes de Interior.

"En ningún país del mundo trabajamos con presencia de armas", ha explicado Gabriele Eminente, director general del MSF, al referirse a una de las condiciones más controvertidas que Italia quería imponer a las organizaciones humanitarias: la presencia a bordo de agentes de policía encargados de realizar las investigaciones para descubrir a los traficantes de personas, que con frecuencia viajan en las balsas. “Habíamos pedido que se suprimiera esta condición porque pone en riesgo toda la operación de salvamento", ha dicho. Las oenegés plantearon la posibilidad de que los agentes subieran desarmados o que entregasen antes las armas al jefe de la embarcación, los que las autoridades italianas no han aceptado.

Otro de los puntos -de los 13 que componen el Código- que no ha contado con el visto bueno de algunas de las oenegés se refiere al traspaso de los emigrantes rescatados a las naves Frontex-Sophia de la UE y a las lanchas de la Guardia Costera italiana. Este punto había sido matizado durante la negociaciones y había quedado como algo excepcional, a discreción del comandante italiano del dispositivo.

Las más reacias

Fuentes oficiosas de Interior ya habían indicado ayer domingo que las alemanas Sea Watch y Sea Eye, y la española Proactiva, eran las oenegés más reacias a aceptar algunos de los puntos del documento final. El pasado viernes, tras la segunda reunión, Gerard Canals de Proactiva, que este lunes no ha asistido a la reunión, había dicho que “ha habido alguna mejora (respecto al primer borrador), pero no estoy seguro de que sea suficiente, ya que permanecen en pie aspectos que nos preocupan”.

El documento hace referencia también a normas sobre transparencia financiera, no entrar en aguas libias, no apagar el radar, no enviar señales luminosas a las pateras que estén por zarpar de Libia y que las naves y personal de las oenegés estén preparadas para llevar a cabo tareas de socorro y de traslado de cadáveres sacados del mar.

La firma del Código coincide con una decisión ya tomada por el Gobierno de Roma y que el Parlamento debe ratificar este martes para enviar de entre dos y seis navíos de guerra frente a las costas de Libia, como apoyo a la Guardia Costera del país magrebí.

Esta ayuda -que al princpio preveía la entrada en aguas libias- la había pedido por escrito el Gobierno de Tripoli, aunque solo será posible hasta la “frontera” de las 12 millas marítimas. Si el Parlamento aprueba finalmente la propuesta, los barcos de guerra podrían partir ya el miércoles: sería la primera vez que Italia se acerca (oficialmente) a Libia desde la desastrosa aventura colonial de Benito Mussolini, por la que Italia está aún pagando los daños de guerra.