El Reino Unido sufrió el sábado su tercer atentado terrorista en tres meses y el segundo en dos semanas, a pocos días de las elecciones generales del próximo jueves. Siete personas murieron y otras 48 resultaron heridas -21 de las cuales se encuentran en estado crítico-, después de ser atropelladas o apuñaladas en dos ataques consecutivos, en el centro de Londres, llevados a cabo por tres presuntos extremistas islámicos, que fueron abatidos por la policía. Estado Islámico (EI) se atribuyó anoche la autoría del doble atentado.

El nuevo atentado, perpetrado con una furgoneta y tres cuchillos y aparentemente con escasa preparación -en la estela de otros perpetrados con anterioridad-, ha conmocionado a la comunidad internacional y a Europa en particular, que ha expresado de nuevo su solidaridad con el Reino Unido. «Un nuevo ataque abominable y cobarde contra nuestras sociedades libres», dijo a modo de resumen el presidente francés, Emmanuel Macron. «Europa está junto al Reino Unido en la lucha antiterrorista», dijo el presidente del Consejo Europeo, Donald Trusk

Tras reunir por la mañana al comité de seguridad nacional Cobra la primera minisitra británica, Theresa May, se dirigió al país y condenó, «la malvada ideología del extremismo islámico». La líder conservadora anunció una revisión y endurecimiento de la legislación antiterrorista. «Hay que decirlo francamente. Hay demasiada tolerancia con el extremismo en este país. Tenemos que ser más fuertes a la hora de identificarlo y aplastarlo, en el sector público y en la sociedad», afirmó. «Ya basta», apuntó.

May sugirió que aumentarían las detenciones preventivas y las penas por terrorismo, incluso en caso de ofensas leves, serían más largas. Los cambios legislativos en este terreno son, sin embargo, muy delicados porque pueden provocar la reacción adversa de las comunidades musulmanas británicas, que son una fuente de información vital para los servicios de inteligencia, a la hora de detectar a elementos extremistas. El nivel de alerta en el país no varió y sigue siendo severo.

Los investigadores conocen la identidad de los tres individuos, si bien no ha sido divulgada. A lo largo de ayer 12 personas, conectadas con el ataque, fueron detenidas en el barrio londinense de Barking, al este de la capital y varios inmuebles fueron registrados. Una de las viviendas sería la de uno de los agresores. Alguien que los vecinos le describen como un hombre casado con hijos. La prioridad ahora de los investigadores es determinar si los autores de la brutal agresión tenían conexiones con otros extremistas, que pudieran estar preparando un nuevo golpe.

En un sábado de temperatura veraniega, ocho minutos después de las diez de la noche, la policía recibió una llamada alertando de un incidente con un vehículo que había arrollado a varios viandantes en el puente de Londres, uno de los lugares turísticos más famosos de la ciudad. Se trataba de una furgoneta blanca, alquilada por uno de los terroristas, que circulaba a unos 80 kilómetros a la hora y terminó estrellándose contra un poste tras llevarse por delante a varios de peatones.En ese momento sus tres ocupantes la abandonaron y salieron corriendo hacia el cercano mercado de Borough, al sur del puente. Una vez en esa zona de diversión, restaurantes y pubs, abarrotada de gente, comenzaron a apuñalar a quienes se fueron encontrando a su paso, al grito, según algunos testigos, de «esto es por Alá». La intervención de las fuerzas antiterroristas fue inmediata.

En solo ocho minutos los tres atacantes yacían muertos en plena calle. Ocho policías armados los abatieron con 50 balas, según precisó el mando policial de Scotland Yard, Mark Rowley. La situación era, «crítica, cuestión de vida o muerte», precisó, lo que justificaría el número disparos, «sin precedentes».

FALSOS EXPLOSIVOS / Los terroristas llevaban chalecos pegados al cuerpo portando lo que parecían explosivos listos para ser detonados en un atentado suicida. Ese peligro explicaría la reacción letal de los agentes. Una de las balas alcanzó a un miembro del público, si bien la herida no resultó ser grave. Las ambulancias y los hospitales londinenses se movilizaron inmediatamente. Algunos de los atropellados fueron atendidos en el mismo puente por los servicios sanitarios. Un total de 21 se hallaban en estado crítico ayer. La primera ministra, Theresa May visitó a algunos de los heridos en uno de los cinco hospitales de la capital a los que fueron trasladados. A cuatro días de las elecciones, casi todos los partidos políticos suspendieron los actos. Solo el UKIP siguió adelante.