El gobierno marroquí ha negado el permiso a una asociación de obediencia chií llamada Jat Arrisali que había sido inaugurada el pasado 21 de febrero en la ciudad de Tánger, donde se concentra la mayoría de chiíes marroquíes.

El ministerio del Interior emitió anoche un comunicado para salir al paso de "ciertas maniobras informativas" y en el que "desmiente formalmente (haber concedido) ninguna autorización a esta asociación para la práctica de ninguna actividad".

La apertura de esta asociación, pese a realizarse con gran discreción, fue recogida por varios medios, que la vincularon con el reciente deshielo diplomático entre Marruecos e Irán y el consiguiente intercambio de embajadores.

Según el diario web Yabiladi.com, la inauguración de la asociación el 21 de febrero atrajo a un buen número de chiíes procedentes de Europa, y desató una campaña en su contra en medios salafistas tangerinos que podrían ser los causantes de que finalmente se haya prohibido.

Marruecos practica el islam suní de obediencia malekita, y cualquier desviación se considera herética, aun incluso dentro del islam, y por ellos los chiíes locales se reúnen casi en la clandestinidad.

En 2009, y en protesta por lo que Rabat consideró como "injerencia intolerable en asuntos internos", en referencia al supuesto apoyo a los chiíes locales, Marruecos cerró la embajada de Irán, que ha sido reabierta con total discreción en los últimos meses.

Marruecos no ha ofrecido ninguna explicación para la reapertura de la embajada, que se produce cuando la aproximación a Irán está en la agenda de varios países occidentales, encabezados por Estados Unidos.