Tras ser investido como el octavo presidente de la Quinta República francesa, Emmanuel Macron inicia la semana con una intensa agenda cuya principal incógnita es el nombre del futuro primer ministro.

El jefe del Ejecutivo será una figura clave para aplicar el programa gubernamental del jefe del Estado, que deberá asimismo contar con una cómoda mayoría parlamentaria en las elecciones legislativas del próximo mes de junio si quiere poner en marcha su ambicioso plan de renovación política.

Macron designará a su primer ministro este lunes antes de viajar a Berlín, destino tradicional de los presidentes franceses en su primer desplazamiento oficial.

Entre los posibles candidatos a ocupar el Palacio de Matignon suena con fuerza Edouard Philippe, alcalde de Havre, senador y miembro del partido Los Republicanos. Philippe, de 46 años, es diplomado en Sciences Po y en la prestigiosa Escuela Nacional de Administración (ENA) donde se forman los altos funcionarios franceses.

Durante las primarias de la derecha fue portavoz del moderado alcalde de Burdeos, Alain Juppé, que en los últimos días se ha esforzado en desmentir los rumores que le situaban a él al frente del nuevo Ejecutivo.

SEÑAL DE RUPTURA

Si optara por Philippe para suceder a Bernard Cazeneuve, Macron enviaría una fuerte señal de apertura. Rompería además el esquema de la tradicional división entre izquierda y derecha, en línea con el ideario que ha impulsado con la creación de su movimiento transversal En Marcha!.

Desde su victoria en las urnas, el pasado 7 de mayo, Macron ha provocado un auténtico ‘big-bang’ en el universo político francés. Ha puesto fin a la alternancia en el poder de las formaciones tradicionales. Ha dinamitado al Partido Socialista atrayendo al sector reformista del partido y puede provocar la implosión de Los Republicanos si logra seducir a sus miembros más centristas.

Estos últimos ven con buenos ojos el liberalismo económico del nuevo presidente y están dispuestos a colaborar con él, pero a cambio quieren al frente del Gobierno a uno de los suyos.

El propio Philippe, enfrentándose a la línea oficial de su partido,invitó hace días a Macron a optar por la trasgresión y nombrar un primer ministro ajeno a la familia política de la mayoría presidencial.

Otro sector de Los Republicanos, el liderado por el ex ministro de Nicolas Sarkozy François Baroin, se opone ferozmente a la OPA lanzada por Macron y persigue una mayoría en la Asamblea para forzar una cohabitación.

Para ocupar este puesto clave en el inicio del mandato circulan también otros nombres, como el fiel colaborador de Macron y actual secretario general de ‘La República en marcha’, Richard Ferrand, o la eurodiputada centrista Sylvie Goulard. La composición completa del nuevo Gobierno se conocerá este martes.

De momento, el jefe del Estado ha nombrado al embajador francés en Berlín, Philippe Etienne, de 61 años, consejero diplomático y a su antiguo jefe de Gabinete en Economía, Alexis Kohler, de 44 años,secretario general del Elíseo.