El presidente francés, Emmanuel Macron, se ha reunido este viernes en el Elíseo con la cancillera alemana, Angela Merkel, cuatro días después del acuerdo alcanzado entre conservadores y socialdemócratas para reeditar una gran coalición de Gobierno que las bases del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) deberán ratificar en el congreso extraordinario de este domingo para alejar el inquietante escenario de unas nuevas elecciones en Alemania.

La noticia de este compromiso fue muy aplaudida por el presidente francés, consciente de que su proyecto de refundación de la Unión Europea (UE) es impensable sin un eje franco-alemán en plena forma. Por eso, la amenaza de que los militantes socialdemócratas lo rechacen ha sobrevolado de manera inevitable durante la rueda de prensa previa a la cena de trabajo de los dos dirigentes.

La cancillera se mostró optimista sobre el resultado del Congreso mientras que el presidente francés le dio un espaldarazo aunque fue cauto y no quiso comentar la política interna alemana ni hacer pronósticos sobre el temido voto del SPD, limitándose a elogiar la "ambición" del proyecto europeo que, a su juicio, está en el centro del preacuerdo logrado por Merkel y el líder socialdemócrata, Martin Schulz. Una aspiración que París comparte y que no podrá materializarse sin la necesaria cooperación de Berlín.

La ambición

"La ambición que tenemos no puede llegar sola, necesita conjugarse con la ambición alemana", ha admitido el presidente francés, defensor de un europeísmo sin complejos durante la campaña electoral que le llevó al Elíseo hace ocho meses.

"Tengo confianza en ese camino y creo que en el congreso del SPD muchos harán lo posible para que lleguemos a negociar la coalición, pero es la decisión autónoma e independiente de los socialdemócratas alemanes", ha señalado Merkel.

La zona euro

La reforma que Macron desgranó en su célebre discurso pronunciado en septiembre pasado en la Sorbona gira en torno a la creación de un presupuesto y un presidente para la zona euro, una idea que tropieza con no pocas resistencias. Los socios del norte son reticentes a mutualizar su PIB con los del sur y solo el compromiso de Berlín puede hacer avanzar las cosas.

Sin embargo, a los conservadores alemanes no les entusiasma la idea de una mayor integración económica. Sobre este asunto, el presidente francés ha optado este viernes por poner el acento en los puntos de convergencia y evitar "obsesionarse" con el debate de los instrumentos. "Si estamos de acuerdo en los fines, construiremos los mecanismos", ha subrayado.

"Necesitamos avanzar hacia una política común para tener una Europa más soberana, ir hacia más integración económica en la zona euro y definir a medio y largo plazo el camino que vaya en esa dirección. Es demasiado temprano para saber si hay divergencias técnicas sobre las magnitudes de un presupuesto de la eurozona", ha añadido.

Estabilidad en Alemania

Merkel, mientras, defendió una Europa que de confianza a sus ciudadanos, que aporte una visión estratégica común, fuerte económicamente y con una zona euro estable mejor preparada para afrontar las crisis, así como un refuerzo de las fronteras exteriores de la Unión.

Un mensaje dirigido más al consumo interno alemán que a apoyar las tesis de su anfitrión. “Es capital tener un Gobierno estable en Alemania para actuar en Europa”, ha indicado la cancillera, que también ha destacado el “amplio terreno de acuerdo” con el SPD en cuestiones europeas.

En el terreno puramente bilateral, el encuentro ha servido también para preparar la revisión del Tratado del Elíseo, firmado en 1963 por el presidente Charles de Gaulle y el canciller Konrad Adenauer con el objetivo de sellar la reconciliación franco-alemana tras la Segunda Guerra Mundial.

Las líneas generales del nuevo tratado se plasmarán en una inédita resolución conjunta que el próximo 22 de enero aprobarán la Asamblea Nacional y el Bundestag para reforzar la cooperación entre los dos países. Tras la cena de trabajo, Macron y Merkel asistieron al concierto dirigido por Daniel Barenboim con el que la Filarmónica de París inaugura un ciclo dedicado al compositor francés Claude Debussy.