Preparadas como uno más, y dispuestas a todo para luchar contra el ISIS. Las llaman las boinas rojas, y desde el año 2014 combaten para evitar que los miembros del Estado Islámico rapten, violen y decapiten a mujeres kurdas. Sin miedo a nada ni a nadie luchan y se entrenan para conseguir su objetivo: que el ISIS no avance más por el norte de Irak. Un Estado Islámico que las tiene pánico, pues si una de estas mujeres acaba con un combatiente hombre este no irá al paraíso. Convencidas de su tarea, se alistan a esta unidad porque dicen que no pueden estar en casa sabiendo que otras mujeres luchan contra el DAESH. Para ellas solo importa una cosa: la venganza por todas las mujeres violadas, golpeadas y ejecutadas por los militantes yihadistas.