Hacía más de un año de su último discurso, que, como este último, fue grabado y difundido únicamente en forma de audio. Su paradero es desconocido, aunque los servicios de inteligencia consideran que está escondido —y herido— en algún lugar en el desierto que marca la frontera entre Irak y Siria.

Se le ha dado por muerto y después resucitado en varias ocasiones. Pero Abu Bakr al Bagdadi, el califa autoproclamado en Mosul 2014, el líder del Estado Islámico, está vivo. Lo ha demostrado este jueves de madrugada, en otro mensaje de audio grabado: en él hace referencia a la guerra comercial que los EEUU y Turquía tienen desde hace un par de semanas.

El mensaje quiere felicitar las Fiestas del Sacrificio, celebradas en todo el mundo musulmán esta semana; y aprovecha, además, para pedirles a sus seguidores que sigan con la lucha.

«Oh, soldados del califato, confiad en la promesa de Dios y en su victoria, porque en la adversidad viene el alivio y la salvación», dice en su discurso, en el que pide que se repitan más ataques tanto en Occidente como, los más comunes, en Irak y Afganistán, donde mezquitas chiíes son atacadas con asiduidad.

En el mensaje, además, Al Bagdadi también habla de la inminente operación del régimen de Bashar el Asad sobre la provincia siria de Idleb, donde hay algunas células durmientes del Estado Islámico. Sobre Trump, Al Bagdadi asegura que ha conseguido llevar a los Estados Unidos al peor momento de su historia.