Entre el 54 y el 58% de los electores italianos han votado contra el mayor cambio constitucional jamás propuesto en Italia, según indica el sondeo a pie de urna de Ipr Marketing-Istituto Piepoli, para la RAI. El jefe del Ejecutivo, Matteo Renzi, que después de tres años de gobierno apuntaba a consolidar su programa de cambios con el referéndum constitucional, tendrá ahora varios quebraderos de cabeza.

La afluencia a las urnas ha sido extremadamente alta incluso para Italia, después de que la mayoría y la oposición política se volcaran en un referéndum que unos pintaban como la madre de todas las reformas para modernizar el país y los demás como un apocalipsis para la democracia.

EL FUTURO DE RENZI

Con el rechazo a cambiar los 47 artículos de la Constitución que proponía el Gobierno, la organización institucional de Italia queda como estaba, pero con toda probabilidad cambiará la agenda política. Como reacción Renzi puede ahora dimitir, aunque ningún partido se lo exigirá. En este caso, el presidente de la República, Sergio Mattarella, lo emplazará probablemente a presentarse ante el Parlamento para una cuestión de confianza. Tanto si la gana como si la pierde, es también muy probable que las elecciones generales previstas para el 2018 se anticipen al 2017 y que el Ejecutivo de Renzi sea reemplazado por otro igualmente de centroizquierda, ya que el PD fue el partido más votado en las pasadas generales. De esta manera Renzi contaría con un año largo de tiempo para preparar su candidatura para una vuelta a la Moncloa de Italia

Lo que nadie puede prever, pero sí temer, es que con la apertura de las bolsas este lunes se produzca una debacle del mercado bursátil y que a causa de la inestabilidad política consiguiente al éxito del “no”, se dispare la prima de riesgo (actualmente a unos 180 puntos respecto a los bonos alemanes). En este caso, el Banco Central Europeo (BCE) ya está listo para comprar a mansalva titulos del Estado italiano con el fin de impedir un ensañamiento de la especulación internacional.

LAS CONSECUENCIAS

La mayor consecuencia financiera será contra el plan ya en marcha para sanear entre ocho y diez 10 entidades bancarias del país, entre ellas varias cajas de ahorros en fase de transformación a bancos, y la recapitalización de todas ellas, lo que actualmente no se puede hacer con ayudas estatales sino con soluciones a buscar en los mercados, que podrían desentenderse del proyecto armado por Renzi.

Cara a Bruselas, las presiones de Renzi para superar el déficit (2,4% en lugar de 2,2%) a causa de los terremotos del verano y del peso de la inmigración subsahariana en el país (170.000 personas en el 2016), perderá fuelle, con una consecuencia inmediata, prevista ya en la próxima semana: la exigencia de la UE de que Italia reformule, disminuyéndolos en un 0,1 o un 0,2% (entre 15.000 y 30.000 millones), los presupuestos del 2017.

En el ámbito político, la derrota de la reformas de Renzi envalentonará a la minoría izquierdista de su partido, que ha votado 'no' a los cambios constitucionales, y puede provocar un cambio de rumbo político de los progresistas. Dicha minoría ya ha anunciado que no exigirá la dimisión de Renzi, aunque sin duda querrá conseguir más influencia en las políticas reformistas del Gobierno.