Irlanda habría dado un "sí" contundente a la legalización del aborto. Con el recuento en marcha desde las 9 de esta mañana deeste sábado en 26 centros de a República, dos sondeos a pie de urna apuntan a una arrolladora victoria a favor de la interumpción del embarazo, en el referéndum celebrado el viernes. De acuerdo con la encuesta del Irish Times, un 68% habría votado “sí”, a la eliminación de la octava enmienda de la constitución, frente a un 32% en favor del “no” , en contra de la modificación. Un segundo sondeo de la radiotelevisión pública RTÉ agranda la victoria del sí al 69,4%, frente al 30,6% por el "no".

"Parece que vamos a hacer historia", señaló en un tuit en la noche del viernes el primer ministro, Leo Varadkar, tras la publicación de los sondeos. Varadkar, al igual que los líderes de los principales partidos irlandeses,había hecho campaña en favor de la reforma. El viceprimer minsitro y responsable de Asuntos Exteriores, Simon Coveney, se dice "orgulloso de ser irlandés", anticipando "un resultado sensacional que aportará un cambio fundamental para mejor".

TODAS LAS EDADES

La enmienda octava equipara el derecho a la vida al no nacido con el de la madre. En la práctica prohibe el aborto en cualquier circunstancia. La victoria por este margen masivo supera todas las previsionses . A ella habrían contribuido en gran medida los jóvenes, pero no sólo ellos. El 70% de las mujeres y el 65% de los hombres de todas las edades la habrían apoyado . La consulta ha contado con una participación muy elevada. El resulado oficial del recuento se conocerá esta tarde y de confirmarse estaríamos ante un auténtico seísmo en la sociedad irlandesa, que habría dado un paso decisivo para dejar atrás el poder omnipresente de la Iglesia católica.

NUEVA LEGISLACIÓN

Con el triunfo del "si" por un margen tan abultado, el gobierno estudiará una nueva legislación que permitiría a las irlandesas abortar en todas las circunstancias durante las primeras doce semanas de embarazo y hasta veinticuatro semanas por razones de salud. Terminaría así la imposición que obliga a más de 3.000 mujeres a viajar cada año al extranjero para poder abortar y a muchas otras a tomar sin control médico alguno la píldora abortiva, comprada clandestinamente en internet. Saltarse la ley puede costar hasta 14 años de cárcel.

URBE CONTRA VOTO RURAL

La campaña ha sido beligerante y apasionada, con una movilización excepcional. Algunos irlandeses que viven en el extranjero, han volado desde lugares tan lejanos como Los Ángeles, Sydney, Bangkok o Buenos Aires para poder votar. El país parecía dividido en dos bandos radicalmente opuestos y enfrentados. El electorado más joven y los habitantes en las zonas urbanas estában mayoritariamente con el campo “prochoice”, a favor de poder elegir libremente, qué hacer en caso de un embarazo indeseado. También lo estaban por primera vez la mayoría de los médicos (55%), profesionales que se enfrentan cada día a los problemas que acarrea la prohibición. En las zonas rurales sin embargo, con una población de mayor edad y más dócil al mandado de la Iglesia, la tendencia, representada por los llamados grupos ‘provida’, es mantener la restricción. Las encuestas ahora indicarían que esa fractura ha sido menor de lo esperado, con un 71% a favor del aborto en los centros urbanos (un 77% en Dublín), mientras que en las zonas rurales habría sido del 60%.

OPORTUNIDAD ÚNICA

Los líderes de los principales partidos políticos habían pedido el “si”, conscientes de que los tiempos en que el Vaticano dictaba la ley han acabado. El primer ministro democristiano había recordado a los ciudadanos la vispera de acudir a las urnas que una consulta así sólo se presenta “una vez en una generación”. “Tenemos la oportunidad de cambiar nuestro país. Si gana el “sí”, Irlanda seguirá estando donde está, pero será un lugar un poco más permisivo, un poco más afable y comprensivo de lo que ha sido”, afirmó Vardkar.

El propio líder del Fine Gael es una muestra de hasta qué punto ha cambiado el país. Varadkar, de 39 años, médico de profesión, es el primer ministro más joven que ha tenido Irlanda, el primero de raza mixta (hijo de padre indio y madre irlandesa) y el primero que ha proclamado públicamente su homosexualidad. Él ha sido uno de los beneficiarios de otro referéndum, el de la legalización del matrimonio gay, hace tres años, que le ha permitido casarse con su pareja.