Moscú, 4 oct (EFE).- Los indignados moldavos cumplieron hoy casi un mes de acampada en el centro de la capital, Chisinau, con un nuevo mitin en el que volvieron a exigir la devolución de los mil millones de euros desfalcados por tres bancos nacionales.

"Nuestra paciencia se ha terminado. Estamos más decididos que nunca. Queremos devolver el país al pueblo. ¡Y lo haremos hoy mismo!", dijo Andréi Nastase, uno de los dirigentes de las protestas, según informan medios locales.

Los manifestantes, que montaron su ciudadela a principios de septiembre frente a la sede del Parlamento, exigen la dimisión del presidente, la convocatoria de elecciones parlamentarias anticipadas y la reforma de la Constitución, entre otras cosas.

"Ignoran nuestras demandas. Es un Gobierno criminal que se ha olvidado de su pueblo y se ha transformado en una auténtica Junta", proclamó ante varios miles de personas.

Durante su intervención en el mitin, Nastase insistió en que la acción de protesta es pacífica y que están a favor de la integración europea, al igual que la actual coalición gobernante que arrebató el poder a los comunistas en 2009.

Seguidamente, los manifestantes marcharon hasta las oficinas del empresario, banquero y diputado Vlad Plajotniuk, al que acusan de "controlar a toda la clase política moldava".

Llegado un momento, un grupo de manifestantes liderado por Nastase intentó acceder al Parlamento, pero se lo impidió la policía que acordonaba la Plaza de la Congregación Nacional que detuvo a varias personas.

Aunque las protestas están organizadas por la plataforma apolítica DA (Dignidad y Verdad), recientemente se sumaron a ella el Partido Socialista y Nuestro Partido, formaciones ambas partidarias de dar la espalda a la Unión Europea y aliarse con Rusia.

El líder socialista, Ígor Dodón, considerado el hombre del Kremlin en Moldavia, propuso hoy iniciar un proceso de impugnación del presidente, Nikolái Timofti.

"Una cosa debe estar clara: estamos en contra de la confrontación y la violencia. Pero también queremos dejar claro que lucharemos hasta el final por el cumplimiento de nuestras demandas. Las protestas irán a más", advirtió Dodón.

Algunos líderes de las protestas propusieron hoy convocar un referéndum constitucional para que el presidente del país sea elegido de nuevo por sufragio universal, para lo que son suficientes 200.000 firmas.

Según los indignados, las encuestas apuntan a que sus protestas y demandas cuentan con el respaldo del 80 por ciento de la población del país más pobre de Europa.

En caso de que las autoridades sigan ignorando sus demandas, los organizaciones de la acampada amenazaron hoy con una huelga general, una campaña de desobediencia civil y la negativa a pagar por el gas y la luz.

El primer ministro moldavo, el liberal Valeri Strelets, autorizó el carácter indefinido de la protesta popular, aunque pidió a los manifestantes que cumplan la ley.

Las autoridades han reconocido la desaparición de 1.000 millones de euros de tres bancos moldavos a los que el Estado concedió cuantiosos créditos.

Además de causar una crisis política, las protestas han disparado los precios de los productos básicos y provocado la devaluación de la moneda nacional en un país que depende en gran medida de las remesas de sus emigrantes. EFE