La escena es impresionante. El coche fúnebre con el féretro del profesor Dawson Tanatea entre en el recinto de la Palmerston North Boy's High School. En ese momento, 1.700 estudiantes de ese colegio neozelandés, vestidos con uniforme, comienzan a bailar un 'haka', una danza tribal maorí.

Con el baile, acompañado de gritos, los estudiantes pretendían rendir el mayor posible de los homenajes a un profesor que, en su larga trayectoria en la escuela, se había ganado el respeto y la admiración de cientos de sus alumnos.

Tras la haka, los 1.700 quedan en un silencio y con la cabeza agachada, como símbolo de respeto a su profesor fallecido.