Pasan los días -una semana ya desde las elecciones del 26 de noviembre- y Honduras se precipita al caos, sin presidente y con más muertos sobre la mesa fruto de los disturbios en las calles. Ha sido decretado el estado de excepción a la espera de poder celebrar un recuento especial de votos, después de que tanto el presidente y candidato electo, Juan Orlando Hernñandez, como el líder de la oposición, Salvador Nasralla, se autoproclamaran vencedores de los comicios en un clima creciente de fraude electoral.

Las manifestaciones han dejado al menos siete muertos, según medios locales, con escenas de vandalismo y terror. Prolifera el incendio de múltiples negocios en varias de las principales ciudades del país y muchos otros daños en obras públicas y bienes privados.

El país sigue sin conocer al presidente electo por la falta de un acuerdo con la Alianza de Oposición contra la Dictadura para un escrutinio especial, recuento que se ha venido posponiendo desde el jueves, tal y como ha confirmado el domingo el presidente del Tribunal Supremo Electoral (TSE), David Matamoros.

El viernes el escrutinio no comenzó porque la Alianza de Oposición, cuyo candidato es Salvador Nasralla, no envió a sus representantes al TSE, donde le esperaban los del Partido Nacional y un grupo de observadores internacionales que vigilan el proceso.

El opositor Salvador Nasralla ha sugerido el domingo que se repita la jornada electoral: "Le sugeriría al Gobierno que es mejor que repita la elección presidencial, con calma, para retornar todo a la normalidad". Ha agregado que si el TSE no acepta revisar las 5.200 actas que pide la Alianza de Oposición "no tiene sentido asistir" al escrutinio.

Llamada a la calma

Hernández, quien el viernes se reunió con los observadores internacionales y aseguró que respetará los resultados del TSE, pidió a los líderes de la oposición que participen en el escrutinio especial para conocer al nuevo presidente electo del país. "Hago un llamamiento a quienes participaron en el proceso electoral a llamar a sus seguidores a no seguir haciéndole daño a Honduras", añadió Hernández, en alusión a los hechos violentos desatados entre el miércoles y viernes.

Mientras la oposición y el TSE siguen atascados en lo del inicio del escrutinio especial, la incertidumbre crece en el país, que desde el viernes vive un estado de excepción que restringe la circulación de las personas, que regirá durante diez días, desde las 18.00 horas a las 6.00 horas.

Ante la incertidumbre y el miedo, muchos hondureños han inundado los supermercados y mercados populares para abastecerse de alimentos, agua, linternas, velas y otras provisiones, así como gasolina.

La embajada de Estados Unidos, Transparencia Internacional, el Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), la Confederación de Cooperativas, la banca y otras instituciones clamaron por una salida rápida de la grave situación que vive la nación centroamericana.