A uno de los principales asesores de la campaña presidencial de Hillary Clinton en el 2008 se le permitió mantener su cargo después de que Clinton supiera que había sido acusado de reiterado acoso sexual por una subordinada, según ha publicado 'The New York Times'.

Una empleada de 30 años presentó una queja en aquel momento contra el consejero religioso de Clinton, Burns Strider, de quien afirmó que había tenido con ella un comportamiento inapropiado. Según su testimonio, le había besado en la frente, le había frotado los hombros y le había mandado correos electrónicos sugerentes.

La jefa de campaña de Clinton, Patti Solis Doyle, sugirió a la candidata que apartara del cargo a Strider, según confirmaron varias fuentes al 'NYT', pero el consejero continuó en su puesto, según la información publicada. Siguió recibiendo su remuneración durante varias semanas y se le ordenó asistir a sesiones de asesoramiento. La mujer que presentó la queja fue trasladada a otro departamento.

Más adelante, Strider trabajó para Correct the Record, un grupo independiente que apoyó la carrera presidencial de Clinton en el 2016. Fue despedido meses después de comenzar ese trabajo en medio de acusaciones de que había acosado a una ayudante, según 'The New York Times'.