El Gobierno y la oposición parecen encaminarse a un acuerdo que facilite la salida política a la crisis de una Venezuela donde el PIB ha caído más del 40% desde el 2014. El ministro de Relaciones Exteriores de la República Dominicana, Miguel Vargas Maldonado, fue, en su condición de anfitrión, el encargado de dar a conocer las primeras señales positivas. Vargas calificó de «exitosa» la ronda del viernes y dijo que se trataba de concluir ayer con buenas noticias.

«La delegación que nos representa hizo una serie de propuestas creíbles y avanzadas para el bienestar de los ciudadanos», subrayó el presidente Nicolás Maduro. El jefe de la delegación chavista, Jorge Rodríguez, aseguró que, por primera vez, las dos partes se han «acercado a puntos de acuerdo de manera profunda». Habló además de «progresos sumamente importantes en los puntos de confluencia», aunque se abstuvo de dar detalles al respecto. «Hasta ahora no hay acuerdo», matizó el diputado opositor Enrique Márquez, presente en la República Dominicana.

PROCESO COMPLEJO / La tercera ronda de negociaciones se inició el pasado jueves y sumó de manera gradual a representantes de Chile, México, Bolivia, Nicaragua y San Vicente y Granadinas, que sirven de garantes de este complejo proceso en el que también participan el expresidente español José Luis Rodríguez Zapatero y el actual mandatario dominicano, Danilo Medina.

No es la primera vez que el chavismo y la opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) se sientan en una mesa de negociaciones. De hecho, las partes dialogaron a lo largo del 2016 a instancias del Vaticano y con la mediación de Zapatero. Pero esa tentativa naufragó y, de hecho, abrió la puerta al ciclo de violencia de entre abril y julio pasados, en el que fallecieron decenas de personas. La magnitud de las protestas en la calle se redujo sustancialmente después de los comicios constituyentes, que permitieron al chavismo retomar la iniciativa.

La oposición entró un laberinto y se hicieron visibles las grietas de la MUD, derrotada luego en las elecciones regionales y municipales. Es en este contexto que, el 1 de diciembre, el Gobierno y la oposición volvieron a apostar por el diálogo, sin dejar de expresar su desconfianza mutua.

La MUD pide como prenda de paz la apertura de un canal humanitario que permita el envío de medicinas y alimentos al país, garantías electorales de cara a las presidenciales previstas para este año, la liberación de los presos por razones políticas y la restitución de los poderes constitucionales de los que fue despojada en la práctica la Asamblea Nacional, el Parlamento, desde que entró en funciones la Asamblea Constituyente.

la teoría de la CONJURA / El chavismo no ha dejado de repetir a lo largo de estos años de enfrentamiento que la MUD es apenas un eslabón interno de una conjura que proviene de Washington. Lo que exige a sus adversarios es que reclamen el levantamiento de las sanciones económicas, que provocan verdaderos estragos sociales.

El diputado chavista Ángel Rodríguez afirmó que Estados Unidos ejerce «fuertes presiones» para que la oposición abandone la mesa de un diálogo que, según la Unión Europea, debe llegar a «soluciones acordadas para abordar las necesidades urgentes de la población». Mientras se dialoga en la República Dominicana, los venezolanos siguen llorando víctimas fatales. Las manifestaciones contra la escasez y los saqueos en el Estado de Mérida dejaron cuatro muertos, 10 heridos y varios detenidos.

Mientras, las autoridades de Curazao confirmaron el hallazgo de un quinto cuerpo que correspondería a otro de los venezolanos que murieron ahogados el miércoles frente a las costas de la isla, tratando de abandonar su país. La MUD habla de «balseros» venezolanos y los equipara a los cubanos.