Suecia tiene una nueva heroina. Su nombre es Tess Asplund, tiene 42 años y es negra. Su imagen ha dado la vuelta al mundo estos días, gracias a un sencillo y a la vez enorme gesto: el plante con el puño levantado ante una marcha de 300 nazis violentos. Los hechos ocurrieron el domingo, en la localidad sueca de Borlange, donde los militantes fascistas del Movimento de Resistencia Nórdico, de ideología nazi, se manifestaban con motivo del Primero de Mayo en una marcha que había sido autorizada por las autoridades.

Desde entonces, la imagen de esta mujer plantada con el puño en alto cerrando el paso a los fascistas uniformados con camisa blanca y corbata verde se ha viralizado en las redes sociales de los países escandinavos y más allá. Para muchos, la fotografía es ya un icono en la historia moderna de Suecia, donde los movimientos de extrema derecha y contra la inmigración están en auge desde hace años. Y ante esa muestra de intolerancia creciente, Asplund, armada solo con la fuerza de su mirada, cara a cara frente a los tres dirigentes nazis que encabezan la marcha.