El Fondo Monetario Internacional (FMI) calcula que Grecia necesitará al menos 50.000 millones de euros entre el 2015 y el 2018 para superar la situación de alerta económica actual. Este cálculo aproximado supone que el monto total de recursos sería de 36.000 millones de euros más que el presentado por los acreedores internacionales en la última propuesta negociadora. En un análisis publicado este jueves, el FMI considera que la deuda de Grecia es "insostenible" y asegura que la situación ha empeorado desde la llegada al Gobierno del primer ministro izquierdista Alexis Tsipras, al rebajarse, en opinión del organismo, los objetivos fiscales y ralentizarse la aplicación de reformas estructurales.

LA POSICIÓN DEL FMI

"Si el programa (del 2012) se hubiera aplicado como se presumía, no habría sido necesaria un mayor alivio de deuda", dice la institución financiera internacional. El FMI cree que para garantizar que la deuda es sostenible con una alta probabilidad es necesario que las políticas de Grecia vuelvan a la senda correcta, pero también, como mínimo, ampliar "significativamente" los vencimientos de los actuales préstamos de sus acreedores. Asimismo, cree que son necesarias nuevas ayudas por parte de sus socios europeos con unas condiciones similares a las del préstamo actual para que el país pueda cubrir sus necesidades de financiación en los próximos años.

El FMI advierte de que si el paquete de reformas en consideración se debilita aún más, en particular a través de una nueva reducción de los objetivos de superávit primario y una mayor debilidad de las reformas estructurales, "se volverían necesarias quitas en la deuda".

LA POSICIÓN DEL GOBIERNO DE TSIPRAS

El informe del FMI llega en un momento crucial, justo antes del referéndum para preguntar si se apoya el plan de Bruselas o si se quiere exigir una mejora de las condiciones. La situación sigue marcada por la inquietud y tensa tranquilidad de los ciudadanos griegos. Las tesis del Gobierno de Tsipras son radicalmente distintas a las del FMI, al considerar que es imprescindible una renegociación de los plazos de devolución de la deuda y sus condiciones, aligerar el peso de los recortes entre los pensionistas y buscar, en resumidas cuentas, una solución de compromiso que permita equilibrar los intereses de los ciudadanos griegos y las exigencias de los acreedores. Mientras tanto, los sondeos apuntan a una ajustada victoria del 'no' el próximo domingo.