Juliana López Sarrazola tiene 22 años, estudia contaduría, es presentadora televisiva e integrante de Las Divas de Medellín, un equipo de fútbol formado por modelos colombianas. Aspiró ser Miss Mundo. Ha ganado otros concursos de belleza e ilustrado calendarios. Pero ahora su nombre y su rostro están relacionados con una historia de narcotráfico.

López Sarrazola fue arrestada en China, en el aeropuerto internacional de Baiyun. Le encontraron cocaína en su ordenador y podría ser condenada a muerte o cadena perpetua. La cancillería colombiana todavía no pudo contactarse directamente con la modelo.

Diez días atrás, ella viajó a China para “traer mercancías: gafas, billeteras” y luego venderlas en su país, de acuerdo con su tía, Mary Sarrazola. “Ella no tenía ninguna necesidad de transportar droga para conseguir dinero: su carrera en el modelaje es prometedora”, añadió. Una funcionaria de consulado colombiano en Pekin le dijo a la prensa que la futbolista no reconoce como suyo el ordenador que le encontraron y que estaba en su maleta.

A LA ESPERA DEL JUICIO

La joven está pendiente de que se inicie un juicio en su contra. La legislación china es muy severa en los casos relacionados con el tráfico de drogas. La situación judicial podría agravarse si se confirma que su novio, Juan Esteban Marín, también está bajo arresto. “No tenemos ni idea de porque resultó ella con esa sustancia, la preocupación es mucha”, indicó David Muñoz, tío de la futbolista.

Otros 12 colombianos se encuentran en las cárceles china por problemas similares a los de la modelo. Sus cartas a los familiares, reveladas por la revista Semana, son un rosario de quejas por el maltrato y la mala atención que reciben. “Cada día que pasa me arrepiento de haber hecho esto. (…) Estos h.p. son el demonio, no tienen corazón, nos tratan peor que a basura, peor que a animales, estoy igual que un secuestrado”, dijo el bogotano Luis Eduardo Ramírez a su hermano.

Hace cinco años viajó a China con droga en su cuerpo y fue sentenciado a la pena capital. “Manito, por favor, no le diga nada a mi mamá, me dieron pena de muerte, con anticipación a dos años. No se asuste que esa pena es solo nombre, a los dos años me cambian a cadena perpetua o a 15 años, a los dos años cambia de nuevo a menos años, por ahí 7 u 8 con buen comportamiento y trabajo, creo que con fe en Dios, que si se da todo como yo espero, nos estaremos viendo en poco tiempo”, se señala a su vez en la carta.