El Gobierno español asegura que las negociaciones del brexit propician la coyuntura idónea para negociar con el Reino Unido un cambio en las condiciones de Gibraltar. La iniciativa lleva tiempo madurándose, y aunque todavía está lejos de cerrarse, ayer recibió el aval de Bruselas durante el almuerzo que mantuvieron el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, con el negociador jefe de la Unión Europea para la salida del Reino Unido, Michel Barnier.

Las principales reivindicaciones españolas tienen que ver con el régimen fiscal en el Peñón, el precio del tabaco en la colonia británica, el uso de su aeropuerto y la estabilidad de los trabajadores españoles. Gran Bretaña se ha resistido tradicionalmente a entrar en estas materias, pero el brexit, que está previsto para marzo del próximo año, ha disminuido su capacidad de frenarlas.

Según las directrices sobre la salida de Gran Bretaña de la UE acordadas por sus estados miembros, España cuenta con la última palabra para decidir si a Gibraltar se le aplican o no las condiciones pactadas entre Bruselas y Londres para su relación a partir de la aplicación del brexit.

LA ÚLTIMA PALABRA / El asunto es muy sensible, y Gibraltar ha amenazado con llevar a los tribunales esa capacidad de veto española, pero el Gobierno socialista considera que el apoyo de la UE en esta iniciativa provocará que Gran Bretaña tenga muy difícil oponerse. España ya cuenta con el respaldo de Bruselas. «Es posible lograr un acuerdo con el Reino Unido si se preserva la integridad del mercado único. Total apoyo a España en sus negociaciones con Reino Unido sobre Gibraltar, que deben concluir cuanto antes», escribió Barnier en su cuenta de Twitter tras la cita con Sánchez y Borrell. La idea de Bruselas es que el acuerdo sobre el Peñón esté listo antes de octubre, cuando está previsto que finalicen las negociaciones sobre la retirada de Gran Bretaña. El brexit, de hecho, se abordará a fondo en el Consejo Europeo de octubre, así como en la reunión informal que los jefes de Estado y de Gobierno de la UE mantendrán mañana y el jueves en Salzburgo (Austria).

Esta negociación no significa que el Ejecutivo español vaya a renunciar a la soberanía sobre Gibraltar. Tan solo queda aparcada en beneficio de cuestiones más urgentes. La semana pasada, en el Congreso, Borrell dijo: «Me preocupa mucho más la situación en el Campo de Gibraltar que la soberanía».

La propuesta española, adelantada por El País, pasa porque el hipotético acuerdo sobre el Peñón se plasme en un capítulo específico dentro de las condiciones de retirada de Gran Bretaña de la UE.

Las principales reivindicaciones del Ejecutivo de Pedro Sánchez con el Peñón de Gibraltar son cuatro: limitar el papel de la colonia británica en el contrabando de tabaco, ser más estrictos sobre el domicilio fiscal de las empresas, mejorar las condiciones de los más de 10.000 trabajadores españoles que trabajan en la colonia británica, y gestionar conjuntamente el aeropuerto del Peñón.