El descubrimiento de una estafa y el profundo odio que le profesaba su yerno le costaron la vida al empresario español Ricardo Fernández Montes a los 67 años. Era viudo, padre de dos hijas y su asesinato ha estado impregnado de tintes macabros. Fernández Montes murió en su apartamento, en el coqueto barrio de Caballito de la ciudad de Buenos Aires, el pasado sábado.

Poco después, el cuerpo del empresario español fue encontrado calcinado y seccionado en la localidad bonaerense de Cañuelas, a 61 kilómetros de la escena del crimen. Los autores, uno de ellos del círculo íntimo de la víctima, intentaron hacer desaparecer el cadáver, pero no lo consiguieron. Las cámaras de seguridad del edificio grabaron el momento en que se intentaba consumar el engaño.

Fernández Montes era propietario de una empresa dedicada a las excavaciones en obras de construcción que administraba su yerno, Santiago Corona, hasta que el año pasado detectó una estafa millonaria. El empresario, además de haber sido citado por Hacienda por unas deudas que creía pagadas, tenía sus camiones y empleados sin asegurar, y fue asesinado tras descubrir la realidad de lo ocurrido con su empresa.

HUELLAS EVIDENTES

En la filmación de las cámaras de seguridad del edificio se ve a Santiago Corona y a un hombre apodado “el mecánico” tratando de simular una desgracia, pero dejando huellas evidentes. Como si de una película se tratara, la cámara de seguridad captó a los dos hombres bajando en el ascensor un pesado bulto con la fisonomía inequívoca de un cuerpo que, por si fuera poco, aparecía envuelto en sábanas manchadas de sangre.

En las siguientes imágenes de la cámara, los hombres aparecen arrastrando el cadáver hacia un vehículo aparcado cerca. Los dos hombres introducen el cadáver en el maletero del coche, estacionado en el párking del edificio. El vehículo apareció poco después incendiado en otra zona de la periferia bonaerense.

El domingo, una de las hijas de Fernández Montes denunció a la policía la desaparición de su padre. Después de que los agentes pidieran al encargado del edificio las imágenes grabadas se dio el caso por cerrado. En el vídeo en el que aparece Corona, de 34 años, marido de una de las hijas del difunto empresario, y el mecánico, se aprecia claramente como los dos hombre manipulan el cadáver.

La evidencia fue tan contundente que los policías no dudaron en concluir que el autor material del crimen fue “el mecánico” y el intelectual, el yerno. Pocas horas más tarde, el cadáver de Fernández Montes fue encontrado a unos 61 km del edificio. Corona, que se ha negado a prestar declaración, supuestamente habría pagado 1.200 euros que faltaban de la casa de la víctima al mecánico como pago por cometer el crimen.