Los extranjeros que quieran viajar a Estados Unidos podrían verse obligados a compartir sus contactos telefónicos, sus contraseñas de acceso a las redes sociales o su información financiera, así como a contestar preguntas de corte ideológico. Estas son algunas de las medidas que baraja la Administración de Donald Trump para blindar los aeropuertos a la entrada de potenciales terroristas, según publica el Wall Street Journal. Los planes todavía no se han discutido públicamente y no está claro si acabarán materializándose, pero de acuerdo con el rotativo neoyorkino podrían afectar también a países aliados como España, cuyos ciudadanos no requieren un visado para viajar a EEUU.

Todas estas consideraciones responden a la obsesión de Trump porreforzar la seguridad en las fronteras de su país imponiendo un“escrutinio extremo” a los extranjeros, la expresión que suele utilizar para referirse a medidas más draconianas de las que ya existen. Hasta ahora todos los esfuerzos del presidente en esa dirección han naufragado. Los tribunales han suspendido indefinidamente sus órdenes ejecutivas para vetar la entrada en EEUU a millones de refugiados y ciudadanos de países musulmanes. Pero la Casa Blanca no ha dicho su última palabra y baraja una serie de medidas que, de ponerse en marcha, crearían una enorme controversia por la extraordinaria intrusión que implican en la privacidad.

"MOTIVOS LEGÍTIMOS"

“Si hay alguna duda de las intenciones de una persona para venir a EEUU, deberían superar y demostrar -hasta que estemos satisfechos- que vienen por motivos legítimos”, ha asegurado un consejero del secretario de Seguridad Interior, John Kelly, la agencia encargada de proteger las fronteras. En casos especiales, las autoridades aduaneras exigen ya a los viajeros que les entreguen sus teléfonos para revisar las listas de contactos, pero si se aprobaran las nuevas normas esa práctica podría generalizarse, al igual que el escrutinio de la actividad en internet.

“Queremos decir, por ejemplo, ‘¿qué páginas visitas?’ y que nos den las contraseñas para ver lo que hace en internet”, dijo en febrero Kelly durante una audiencia en el Congreso. “Si no nos dan la información, no entran”. Sus palabras demuestran que por más escandalosas que parezcan estas medidas se están considerando seriamente.