Estados Unidos está cumpliendo gradualmente con sus amenazas para aislar política y económicamente a Rusia. El Departamento de Estado ha impuesto este jueves sanciones para negar el visado de entrada a EEUU a ciudadanos rusos y ucranianos “responsables o cómplices de amenazar la soberanía y la integridad territorial de Ucrania”, según ha explicado el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, en un comunicado. Junto a las restricciones de viaje, el presidente Barack Obama ha firmado una orden ejecutiva que abre la puerta para bloquear las propiedades y activos de los responsables de la ocupación de Crimea.

A las medidas punitivas impuestas desde Washington se podrían sumar en las próximas horas otras de la Unión Europea. Sus líderes celebran una reunión extraordinaria para estudiar posibles sanciones a Rusia. Antes del inicio de la cumbre, Bruselas ha congelado los activos del defenestrado presidente ucraniano, el prorruso Viktor Yanukóvich, y otros 17 altos cargos sospechosos de violar los derechos humanos y prevaricar con fondos públicos. La Casa Blanca ha negado que las sanciones anunciadas en la mañana de este jueves sean una respuesta a la decisión adoptada por el Parlamento de Crimea para unir esta región autónoma de mayoría rusófona a la Federación rusa.

Ya estaban planeadas de antemano, ha dicho Carney, para añadir que este podría ser solo un primer paso. “Dependiendo de cómo avance la situación, EE UU está dispuesto a considerar nuevo pasos y sanciones”, ha afirmado Carney. El portavoz de la Casa Blanca ha pedido además a Rusia que “aproveche la oportunidad” para resolver la crisis mediante un diálogo directo con el Gobierno ucraniano, acuartele “de forma inmediata” a sus tropas en Crimea y respalde el “despliegue inmediato” de observadores internacionales en la península.

La víspera en París, el secretario de Estado, John Kerry, trató de convencer a su homólogo ruso, Sergei Lavrov, para que se siente a dialogar con las nuevas autoridades proocidentales en Kiev, pero sus gestiones no dieron resultados. Este jueves volverán a sentarse juntos en Roma, donde se celebra una conferencia internacional de apoyo a Libia. A medida que pasan los días, Washington endurece su postura y no parece que vaya a tragar con la nueva situación impuesta por Vladimir Putin en Ucrania, aunque es Moscú quien tiene todas las llaves para determinar el desenlace de esta crisis. “No vamos a aceptar el estatus quo, según el cual Rusia puede violar la soberanía de sus vecinos con algún tipo de impunidad”, afirma un alto funcionario de la Casa Blanca.

EEUU ya había tomado algunos pasos para ejercer presión sobre Rusia, como denegar los visados a los individuos “involucrados en los abusos de los derechos humanos en relación a la represión política en Ucrania”. También ha suspendido la cooperación militar con Rusia y los contactos bilaterales para abordar temas económicos y comerciales. En el Congreso, paralelamente, se están debatiendo sanciones económicas. El Pentágono, por su parte, movió ficha el miércoles para mandar un mensaje de tranquilidad a los miembros de la OTAN de Europa oriental que se sienten amenazados por la actitud expansionista de Moscú. En ese sentido, anunció el envío de seis cazas F-15 y un KC-135 para repostar en vuelo a la región del Báltico, donde cuenta ya con una flota que patrulla los cielos de la región.