El velo islámico o hiyab en espacios públicos es obligatorio para las mujeres mayores de 9 años en Irán. Lo es desde 1979 con la llegada de la República Islámica. Sin embargo, algunas mujeres han decidido desafiar la norma. El 27 de diciembre, Vida Movahed, 31 años, fue detenida por subirse a una caja de conexiones en el centro de Teherán y sostener su velo con un palo. Tras semanas sin conocer su paradero, fue puesta en libertad 30 días después.

Tres chicas más han querido sumarse a la causa y realizaron la misma acción el pasado lunes. Una de ellas, Nargis Hosseini, fue arrestada. «El mensaje es claro: las mujeres y las niñas están hartas del velo obligatorio. Dejen que las mujeres decidan sobre su propio cuerpo», ha declarado a The Guardian la abogada de derechos humanos y premio Sajarov 2012, la iraní Nasrin Sotube.

Estas detenciones contradicen el anuncio que hizo este mismo mes el jefe de la policía de Teherán. Hosein Rahimí dijo que las mujeres que no respetaran el código de vestimenta ya no serían arrestadas sino que serían obligadas a asistir a cursos educativos sobre el islam.

Esta semana, varias mujeres han querido solidarizarse con sus compañeras y las imágenes de las manifestantes oponiéndose al uso obligatorio del hiyab se han popularizado en las redes sociales. Muchos usuarios han querido mostrar su apoyo a esta iniciativa compartiendo las fotografías a través de la etiqueta o hashtag #GirlOfEnghelabStreet.

La acción de Movahed coincidió con la oleada de protestas que se extendieron por el país en diciembre contra las políticas de austeridad del Gobierno del presidente iraní, Hasán Rohaní, y que dejaron más de 20 muertos y 450 detenidos. La lucha de estas mujeres no está estrechamente relacionada con los motivos principalmente económicos de las protestas pero sí con la frustración por la falta de libertades. En Irán, donde religión y política van de la mano, las mujeres poseen muchos menos derechos que los hombres y, aunque se les permite votar, conducir o ir a la universidad, la ley islámica que prevalece en el país defiende una supremacía masculina absoluta.

En los espacios públicos, la segregación por sexo es evidente y en muchos recintos la entrada principal no está permitida para las féminas, que deben acceder a través de una puerta lateral. Además, los maridos pueden vetar la decisión de sus mujeres de viajar, trabajar o estudiar. En Irán hay un cuerpo policial encargado de controlar la indumentaria y el comportamiento de las mujeres en los espacios públicos.

Quitarse el velo como protesta es algo que algunas activistas llevan haciendo desde hace años. La iniciativa #MyStealthyFreedom, que nació en Facebook con el fin de que las mujeres iranís compartan fotos de ellas sin el velo, ahora ha salido a las calles. La represión no parece asustar a estas jóvenes valientes.