Los siete candidatos a las primarias de la izquierda francesa han vuelto a enfrentarse este jueves en un debate televisado por tercera y última vez antes de la primera vuelta que se celebra este domingo. Tres son los aspirantes con más posibilidades de pasar a la final: el exprimer ministro Manuel Valls, el exministro de Economía Arnauld Montebourg, y el exministro de Educación Benoît Hamon. Todos son miembros del Partido Socialista y pertenecen a la misma generación.

El primero juega la baza de su experiencia gubernamental pero arrastra la herencia del contestado mandato de François Hollandey ha tenido una campaña bastante accidentada. En diciembre le rociaron con harina en Estrasburgo y esta semana un chaval le dio una bofetada en Bretaña. Montebourg, partidario de una especie de patriotismo económico y muy beligerante con la cura de austeridad europea, es el ‘rebelde’ que salió del Ejecutivo en el 2014 tras criticar la deriva liberal del presidente.

Hamon ha sido la sorpresa de la campaña. No solo ha colocado su propuesta de crear una renta universal de 750 euros en el centro del debate (convirtiéndose en la diana de sus adversarios) sino que llena los estadios de gente joven que simpatiza con sus ideas y empieza a comerle terreno a Montebourg, hasta ahora el rival más serio de Valls.

Si los sondeos aciertan, la primera vuelta de las primarias para elegir al candidato de la izquierda en la carrera hacia el Elíseo de esta primavera será una batalla entre los dos ‘rebeldes’ para disputarle el puesto a Valls en la segunda ronda, el domingo 29 de enero.

Un cuarto hombre en liza, el también exministro de EducaciónVincent Peillon, ubicado en el centro de gravedad del Partido Socialista, apenas tiene opciones. En la misma situación están el resto de los aspirantes: el antiguo eurodiputado de centro izquierda Jean-Luc Bennahmias; el ecologista François de Rugy y la exministra del Partido Radical de Izquierdas Sylvia Pinel.

En el debate de este jueves -que giró en torno a sanidad, gasto público, política penitenciaria y asuntos internacionales- las mayores diferencias se evidenciaron en las cuestiones económicas, especialmente en el control del déficit exigido por Bruselas. El punto de convergencia fue el terreno internacional.

Los candidatos creen que Europa debe prepararse para la nueva era que se abre con la llegada a la Casa Blanca del magnate Donald Trump. Su proteccionismo y sus declaraciones despectivas sobre la OTAN y la Unión Europea tienen que tomarse en serio y mover a los 27 a reforzar su propia defensa, han subrayado.

Según los sondeos realizados al término del debate, Hamon fue el más convincente (29%) por delante de Montebourg (28%) y de Valls (21%). El antiguo ministro de Educación también ha sido el favorito entre los simpatizantes de izquierda (31%). En cualquier caso, las encuestas vaticinan que ningún candidato socialista llegará a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales.

EL PELIGRO MACRON

El voto de la izquierda se dividirá entre otros dos candidatos al Elíseo que no concurren a las primarias: el líder de ‘Francia insumisa’ y antiguo militante socialista Jean-Luc Mélenchon, y el joven exministro de Economía y exbanquero Emmanuel Macron, cuyo éxito empieza a preocupar en todos los cuarteles generales de campaña de los partidos.

“Son las recetas de hace 20 años de Tony Blair y Gerhard Schroeder. Es un programa viejo”, dijo con desdén Benoît Hamon, quien reprochó a Macron carecer de la legitimidad de unas primarias. En las críticas al antiguo ministro ‘estrella’ del Ejecutivo se unieron todos los candidatos. “¿Cuál es su programa?”, se preguntó Montebourg. “Macron no nos da miedo. La izquierda se unirá”, terció Vincent Peillon.

QUIÉN PUEDE VOTAR

Como ocurrió en las primarias celebradas por la derecha en noviembre pasado, para participar en las primarias de la izquierda -organizadas por el Partido Socialista, la Unión de Demócratas y Ecologistas, el Frente Democrático y el Partido Ecologista- bastará con estar inscrito en el censo electoral.

También podrán votar los militantes de los partidos organizadores o de sus organizaciones juveniles. Habrá que firmar una carta de adhesión a los valores de la izquierda y los ecologistas, y pagar un euro en cada una de las dos vueltas. Se abrirán unos 8.000 colegios electorales repartidos por todo el territorio, 2.200 menos de los que se instalaron para las primaras de Los Republicanos.