La directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Margaret Chan, y los presidentes de los países afectados por la epidemia de ébola en África Occidental presentarán mañana en Guinea Conakry un Plan de Respuesta dotado con 100 millones de dólares con el que pretenden combatir la enfermedad.

El Plan de Respuesta "es parte de la intensificación de la campaña internacional, regional y nacional para controlar el brote", se indica en un comunicado de la OMS. "La escala de la epidemia, y la persistente amenaza que impone, obliga a la OMS y a Guinea, Liberia y Sierra Leona a incrementar los recursos, el conocimiento médico en los países, y la preparación y coordinación regional", señala la nota. "Los países han identificado lo que necesitan, y la OMS está contactando con la comunidad internacional para poder implementar el plan", agregó.

El Plan "identifica" la necesidad de activar a "cientos" de personas para ayudar en las labores de prevención y control, más allá de los cientos de trabajadores humanitarios y de los 120 empleados de la OMS que ya están actuando sobre el terreno. "Se necesita especialmente médicos, enfermeras, epidemiólogos, expertos en movilización social e informáticos", se indica.

Además, el plan especifica que es necesario que los países vecinos estén listos para la eventualidad de un contagio. El objetivo final es parar la transmisión y prevenir la transmisión en nuevos países. En este sentido la OMS señala que doblará sus esfuerzos en comunicación para asegurar que la población entiende cómo se contagia el virus y qué hacer para evitarlo.

Primera vez que surge en África Occidental

Asimismo, se quiere mejorar la detección y el registro de nuevos casos, especialmente en áreas fronterizas, y proteger especialmente al personal de salud, que es escaso en los tres países. La enfermedad -que se transite por contacto directo con la sangre y fluidos corporales de personas o animales infectados- causa hemorragias graves y puede tener una tasa de mortalidad del 90 por ciento. Es la primera vez que surge un brote en África Occidental, y la escala de la epidemia no tiene precedentes, con 1.323 casos registrados y 729 fallecimientos en los tres países desde marzo de 2014.